- Directo. Brasil - España
Llevo más de dos décadas dedicándome a esta bendita profesión y he viajado -me siento un afortunado- por medio mundo. El ambiente que respiró en el Stade Vélodrome de Marsella para la semifinal olímpica en la que España se impuso a Marruecos sólo lo he vivido en el 'Marplatazo' de la Copa Davis de 2008, donde también los nuestros se llevaron el título ante el anfitrión.
La afición marroquí copó las gradas del coliseo galo, más de 52.000 gargantas que no dejaron de animar a los suyos y silbar a los nuestros, encender bengalas, estallar petardos y contaminar con botes de humo. Y a pesar de contar el jugador número 12 en su equipo, no pudieron con un equipo que tiene la medalla de oro entre ceja y ceja.
Lo que funciona no se debe tocar. Santi Denia alineó ante Egipto el mismo once que sacó España en el debut olímpico ante Uzbekistán y en cuartos de final frente a Japón. Venga, cierren los ojos y reciten: Arnau Tenas, Marc Pubill, Eric García, Pau Cubarsí, Juan Miranda, Pablo Barrios, Alex Baena, Aimar Oroz, Fermín López, Sergio Gomez y Abel Ruiz. Si no se la han aprendido tienen cuatro días antes de celebrar su medalla de oro.
Hay momentos en el deporte que son sagrados por su liturgia y por todo lo que significa. Uno de ellos, más en los Juegos Olímpicos, es el de los himnos. Igual que alabamos el colorido y la animosidad de las afición marroquí hay que denunciar la pitada al himno español en la previa del partido. La grandeza también se muestra en estos detalles.
Continuando en lo de saber perder y saber ganar toca hablar de Soufiane Rahimi, máximo goleador del torneo olímpico (6) y autor del primer gol del partido. El delantero del Al-Ain anotó desde los once metros y lo primero que se le ocurre es ponerse a bailar en la cara de Arnau Tenas que, lógicamente, se lo recriminó y se encaró con él. El marroquí fue incluso amonestado por esa acción y, aunque luego pidió perdón al meta español, su gesto es más que reprobable.
Denia insiste mucho que destaca al colectivo por encima del grupo, pero es evidente que Fermín López está asumiendo el papel de tirar del carro de España cuando las cosas van mal, bien o regular. El futbolista del Barcelona vio puerta por segundo partido consecutivo y ya van cuatro goles en lo que llevamos de campeonato. El '11' de España es el primer jugador español con cuatro o más goles en un torneo olímpico de fútbol masculino desde que Kiko Narváez hiciera cinco dianas en Barcelona 1992.
Cuando el partido se puso caliente, España supo calmar los nervios y esperar su momento. El zarpazo final lo dio Juanlu Sánchez, a cinco minutos para el final, en una jugada de videoconsola en la que Fermín y Sergio hicieron diabluras por banda -¿Eso en la Play se hace con la 'X' o el triángulo-?- para que el jugador del Sevilla entrara en el área y batiera de disparo seco a Munir El Kajoui.
El tiempo de añadido dio pie a que un aficionado marroquí saltara al terreno de juego birlando la seguridad, robara el balón a Arnau Tenas antes de un saque de falta desde fuera del área y marcara en la portería de España. No le dio tiempo a celebrarlo porque el placaje que sufrió por parte de los de seguridad fue proporcional a la multa que se llevará a casa.
Las semifinales del torneo olímpico disputadas en Marsella tuvieron a tres equipos sobre el terreno de juego: Marruecos, España y la ristra de palomas que desde que aparecieron en el calentamiento no se movieron del césped. Aleteando de un lado a otro para evitar el o con el balón y futbolistas, molestando en alguna ocasión a jugadores y espectadores. Y como es difícil de imaginar, os dejo fotografía del gran Kiko Huesca de la Agencia EFE.