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"Vamos con la medalla de bronce (por equipos) a todas partes, hasta el comedor de la Villa", confiesa Iris Tió con una sonrisa. De hecho, ella y Alisa Ozhogina la llevan en la mochila y la ojearon antes de salir a competir. Dos días después de saborear la gloria han vuelto a lanzarse a la piscina del Centro Acuático de París en busca de una segunda. "La usamos de motivación. Antes de salir nos hemos dicho: con el equipo ya somos medallistas, ahora a disfrutar y a creérnoslo porque hemos hecho algo muy grande", dice Ouzhugina.
Y con esa mentalidad salieron a competir. Acabaron séptimas, a sólo 10,5 puntos del podio. La medalla está difícil pero no imposible. "Hay que seguir soñando", dicen. Tió y Ozhogina, al igual que el resto de los 9 equipos que han hecho tres rutinas ya, tienen cierta desventaja física con respecto a los siete dúos que se han incorporado hoy para los que era su primer día de competición en la rutina técnica. Italia, por cierto, fue baja de última hora por la fiebre de Linda Cerruti.
Vamos con el bronce a todas partes, hasta al comedor
Tió y Ozhogina, que debutaron como dúo en los Juegos de Tokio 2020, donde acabaron décimas, pero llegan como doble medallista mundial de bronce (Doha y Fukuoka). Ejecutaron su ejercicio al ritmo del 'Beat it' de Michael Jackson que les valió una puntuación de 254.0816. Muy bien la impresión artística, con la tercera mejor puntuación (98.8000), pero no tan brillantes en la ejecución de los elementos.
España había aumentado tres puntos la dificultad con respecto a los Mundiales de Doha de este año en una rutina de 2:20 de duración con 8 elementos para todas: 5 requeridos, es decir, obligatorios, 2 híbridos libres y una acrobacia en pareja.
Tió y Ozhogina, ambas estudiantes de Comunicación, repitieron la coreografía del último Mundial aunque con algún pequeño cambio, pero manteniendo los brazos tan expresivos como siempre.
Con la música en los genes
En Tió, que empezó en la natación artística tras ver a Gemma Mengual por televisión, hay puestas muchas esperanzas desde su debut con 16 años en el Mundial de 2019. Ha recogido el testigo de Ona Carbonell, la nadadora con más medallas de la historia, y a sus 21 años lidera al equipo.
La catalana lleva la música en los genes. Su padre es clarinetista y su madre violinista. Se conocieron en Torroella de Montgrí, en un curso de música de verano, y después se fueron a estudiar juntos a la prestigiosa Guildhall School of Music and Drama de Londres. Y su abuela, Mercè Capdevila Gaya, fue una pionera de la música experimental en España.
Iris probó el violín, el clarinete, el piano e incluso el canto pero no le gustaba estar quieta. Y en la natación artística encontró el deporte perfecto porque combinaba el agua con la música.
Su sensibilidad dentro del agua y su capacidad para interpretar los movimientos de la música quedaron patentes en la piscina del Centro Acuático de París, al igual que los de su compañera Alisa Ozhogina, nacida en Moscú pero sevillana desde que tenía un año. Ozhogina, que es la que más aguanta en apnea (3.30) de todo el equipo, se marchó en 2019 a Moscú para entrenar en una de las escuelas más prestigiosas a nivel mundial en sincronizada y desde entonces dio un salto de calidad.
Mañana, en la rutina libre cuya puntuación se sumará a la de hoy para las medallas, presentarán un novedoso ejercicio que homenajea a la Sagrada Familia de Barcelona y que aún no se ha visto. "Esperemos que sorprenda artísticamente", dicen.
China lidera el podio de las gemelas
China, como ya sucedió en las rutinas por equipos donde se proclamó campeona olímpica, sigue jugando en otra liga. De la mano de Anna Tarrés, las asiáticas son las dominadoras de la natación artística ante la ausencia de las rusas. Las gemelas Liuyi y Qianyi Wang dieron una lección de elegancia en el agua, pero también demostraron que van sobradas de técnica y de impresión artística, una de las cosas que más han trabajado con la española. Fueron las últimas en competir pero su 276.7867 las elevó, como se esperaba, a la primera posición.
Las austriacas Anna-Maria y Eirini-Marina Alexandri, que no son gemelas sino que en realidad son trillizas (la tercera hace los solos), presentaron su candidatura al podio con una brillante actuación al ritmo del 'We will rock you' de Queen y con una coreografía de Stephan Miermont, coreógrafo del Circo del Sol. Su 267.2533 les colocan como plata virtual.
Otra de las candidatas al podio, ahora mismo sería bronce, es Países Bajos de la mano de la española Esther Jaumá, quien sucedió a Anna Tarres al frente de España tras su salida. Gracias a ella, las gemelas Bregje y Noortje de Brouwer han dado un salto de calidad hasta llegar a proclamarse campeonas de Europa y hoy están a solo tres puntos de la plata olímpica.
La cuarta potencia con gemelas es Ucrania, que también está en la pelea con su quinta posición (260.4600). No pudo clasificar al equipo pero sí al dúo, que lleva dos años dedicado exclusivamente a preparar esta rutina. Ya fueron bronce en Tokio 2020 pero las gemelas Maryna y Vladyslava Aleksiva han tenido muchos problemas para poder entrenar debido a la guerra en su país tras la invasión por parte de Rusia.
De hecho, su rutina técnica se llama "Historias de Guerra". La piscina en la que entrenaban fue bombardeada y nadie como ellas para transmitir, a través de su ejercicio, el drama del conflicto bélico. El último año han tenido que entrenar en Kiev y en más de una ocasión ha tenido que dejarlos porque sonaba la sirena y tenían que irse al refugio.
El caso de Gran Bretaña es muy curioso, aunque no son gemelas. Las madres de Kate Shortman e Isabelle Thorpe, que acabaron cuartas la rutina técnica (264.0282) formaron dúo de sincronizada a finales de los 80 y principios de los 90. Su actual entrenadora fue rival de sus madres.
Y por delante de España, sextas, están las japonesas Moe Higa, la nueva sensación mundial de la natación artística con sólo 16 años y campeona mundial junior y Tomoka Sato. El equipo nipón ha modificado el dúo y subido 3 puntos la dificultad. Mostraron una gran técnica y su acrobacia fue de las más difíciles, así como uno de sus híbridos (12.3). Tiene una ventaja con España de 3 puntos.
Israel también tiene en su banquillo talento nacional exportado. La entrenadora es Beth Fernández, una de las segundas de Anna Tarrés cuando entrenaba a España. Por cierto que Tarrés, además de entrenar a China, también es asesora israelí.