Nico García Bossier y Adrián Abadía acabaron sextos en los saltos sincronizados desde el trampolín de 3 metros en los Juegos Olímpicos, competición en la que los mexicanos Juan Manuel Celaya y Osmar Olvera estuvieron a punto de sorprender a los intocables chinos Daoyi Long y Zongyuan Wang, de los que les separaron apenas 2 puntos.
A García, 29 años, ya no le quedan Juegos, "lo dejo"; a Adrián, 22, un futuro por delante. La disciplina ha cambiado desde que en dos etapas aparecieron al frente el italiano Domenico Rinaldi y el cubano Arturo Miranda. "Si la Federación sigue apostando, se pueden hacer muchas cosas", auguraba el primero antes de que sus muchachos, plata en los Europeos y bronce en el adelantado Mundial de Doha de este año, cerrasen la mejor actuación española en este deporte, que no llega a las 90 licencias (88) en España y metió cuatro deportistas en los Juegos. "Con ellos todo se ha profesionalizado más", explicaba García.
Con una propuesta de menor dificultad que los países que le precedieron en la tabla, el dúo del ingeniero naval y un futuro estudiante de enfemería, superó a dúos como los ucranianos, que tenían mortales y tirabuzones más valorados técnicamente, o Estados Unidos, en una actuación.
La pareja tenía como cúspide el quinto salto, de 3,5 de dificultad, mortal y medio inverso con tres tirabuzones y medio, mientras la pareja china, con sus asombrosos cuatro mortales y medio, llega a unos topes de otra liga.
"Han sido muy estable los cinco primeros saltos, aunque tuve un pequeño fallo en la última ronda. Quizás el exceso de adrenalina", explicó Nico, de Las Palmas. "Aún así hemos superado el mejor resultado de la historia de este deporte y más que orgulloso habernos llevado ese diploma. Nuestro lugar era un top 5 y hemos sido los sextos. Es algo tocho lo que hemos conseguido. ¡A ver si superamos las 100 licencias!".
Rinaldi ha metido en este equipo, también en el femenino, un espíritu ganador. "Podíamos haber saltado mucho mejor", decía con firmeza Adri. "Espero que con este resultado los saltos avancen más en España", dijo antes de que en el desayuno de mañana saboreé por fin un croissant.
