Con un día de retraso y muchas críticas a la organización por la incertidumbre sobre si se podría nadar en el Sena o no, el triatlón masculino ofreció un espectáculo de primer nivel por las calles de París en el que se coronó el británico Alex Yee, plata en Tokio 2020, protagonizando una remontada histórica en la que adelantó al neozelandés Hayden Wilde, bronce en la cita nipona, en los últimos 200 metros, ya casi sobre la moqueta azul.
Las mediciones y test de madrugada realizados por World Triathlon y la propia organización de París 2024 dieron luz verde al nado en las aguas del majestuoso río parisino pese a las dudas que muchos albergaban y que no tardaron en convertirse en críticas abiertas nada más cruzar la meta.
Corriente abajo hasta el Puente de los Invalidos, los grandes nadadores aprovecharon para tensar la prueba de inicio con Henri Schoeman (Sudáfrica), Matthew Ha (Australia) y Gianluca Pozzati (Italia) al frente de los 1.500 metros de nado, divididos en dos vueltas asimétricas de 900 y 600 metros.
Alberto González buscó la fuga en bici
El malagueño Alberto González firmó una natación notable saliendo sexto del agua a apenas 13 segundos de la cabeza y buscando la escapada nada más subirse a la bici. Llegó a formarse un grupo puntero de seis hombres pero en pocos kilómetros aumentó a 19 unidades con el británico Alex Yee (plata en Tokio 2020) y el trío de favoritos ses: Leo Bergere, Dorian Coninx y Pierre Le Corre.
Sin embargo, los relevos no terminaron de funcionar y varios 'lobos' conectaron con la punta de cabeza llegando desde atrás. El noruego Kristian Blummenfelt, ganador del oro en Tokio 2020, se apuntó a la fiesta sumando a Hayden Wilde. Todo por decidir en la carrera a pie con 32 triatletas bajándose de la bici a la vez en la transición instalada sobre el Puente de Alejandro III.
Los otros dos españoles, Antonio Serrat y Roberto Sánchez, perdieron tres y cinco minutos, respectivamente, después de los 40 kilómetros de ciclismo.
Gran Bretaña vuelve a reinar con exhibición de Yee
Alberto González fue valiente y salió a por todas en los primeros metros del 10.000 final a pie. Llegó a pasar en tercer lugar tras el primer kilómetro y su silueta de fondo tras las de Yee y el alemán Jonas Schomburg ,en primer plano, hizo soñar a la afición española. Pero el triatlón no perdona alardes y pronto Wilde, Blummenfelt y los ses pusieron orden en la persecución al gran favorito.
Las piezas se colocaban tras la primera de las cuatro vueltas y cuando todo parecía abocado a un mano a mano Yee-Wilde, el neozelandés rompió el guión en mil pedazos y en modo 'locomotora' se marchó a por el triunfo en solitario a falta de más de 6,5 kilómetros.
Un golpe en la mesa inesperado, por lo tempranero e inapelable, que se le acabó por volver en contra. Los kilómetros le fueron pesando en las piernas y pese a llegar a ceder 15-18 segundos en algún momento, Yee hizo valer sus dotes de atleta metiendo una marcha más en el 'milqui' final y adelantando a su rival con apenas 200 metros por delante.
Yee estaba llamado a reinar en unos Juegos (más allá del oro en el relevo mixto que conquistara en Tokio 2020) y tuvo hasta margen para festejar sobre la línea de meta. Su victoria devuelve a Gran Bretaña a lo más alto del podio después de las doradas conquistas del mítico Alistair Brownlee en Londres 2012 y Río 2016.
Bronce francés y diploma para Alberto González
El bronce fue a parar al mejor de los ses, Leo Bergere, que relegó a la cuarta posición a su compatriota Pierre Le Corre. Y cuando este cronista casi le había perdido la pista a Alberto González, centrado en la batalla por las medallas, el malagueño dio la campanada remontando desde la decimocuarta plaza hasta la octava posición en los últimos 1.500 metros para llevarse un destacado diploma olímpico.
Antonio Serrat (32º) y Roberto Sánchez (36º) cerraron la participación de la 'TRIarmada' en la edición más polémica del triatlón olímpico en sus siete ediciones desde Sydney 2000.