- Horarios Así es la etapa 4 del Dakar
Lorenzo Santolino lleva el papel de embajador de Guijuelo con honor. En Arabia Saudí no puede ejercer como tal de pleno por razones obvias, pero a su vuelta a Salamanca seguro que celebrará con buen jamón y vino de las cercanas tierras riojanas el mayor éxito desde que en enero de 2019 debutara en el Dakar.
Le ha costado siete años, un par de abandonos traumáticos (el año pasado en la etapa 2 por problemas mecánicos y en 2019 y 2020 por caídas feas) y algunas decisiones trascendentales en su carrera deportiva (como cuando tuvo la opción de fichar por Honda en labores secundarias en el equipo o renovar a largo plazo por Sherco pese a saber que la máquina era inferior).
No es un camino fácil el que le ha llevado a la gloria que ahora saborea. Y su victoria no es como cualquiera de las que puedan sumar las potentes fábricas de KTM, Honda o, en los últimos años, también Hero. Su moto es inferior en prestaciones, pero su calidad como piloto suple en parte la inferioridad mecánica. Santolino quizá no sea el más espectacular y explosivo encima de una moto, pero sí muy regular, cerebral y analítico. Y no suele fallar. Por suerte, hoy todo eso ha venido acompañado por una circunstancia de carrera que le favorecía.
“Veía que podría hacerlo bien por la posición de salida “, comentaba recién llegado de su jornada de gloria dakariana. Tan es así que, por una vez, dejó de lado la cabeza fría que le caracteriza para jugársela: “Ganar una etapa aquí estaba en la lista de deseos. Lo había logrado en el Mundial de Enduro y ahora lo consigo en el Dakar y con todos los pilotos en competición… es una cosita más hecha que añadir a mi carrera deportiva. Ha tardado en llegar, pero ya lo tenemos”, comentaba orgulloso con MARCA.
La situación de la carrera favorecía sus intenciones: salía undécimo, con los líderes de la general por delante. La etapa era complicada de navegación (como se demostró por las dificultades por las que pasaron los pilotos de cabeza) y con un terreno pedregoso y técnico, que requiere de tomar riesgos que los favoritos quizá no iban a estar dispuestos a asumir: “Hoy he visto que tenía la opción y he ido a por ello, más allá de pensar en la clasificación o en la mejor estrategia. He dado el máximo, lo he logrado”.
Con este triunfo Santolino pasa a formar parte de un grupo de elegidos, los españoles ganadores de etapas del Dakar (Arcarons, Más, Sotelo, Esteve, Roma, Coma, Barreda, Schareina….): “Es un logo que no es nada fácil, no lo tenía como algo prioritario, pero claro que me hacía ilusión… y estoy contento de unirme a esa lista que el día que me retire seguro que será un bonito recuerdo estar junto a todos estos grandes”.
SANTOLINO: AL FIN UNA ALEGRÍA
El triunfo de Santolino llega, además, en un momento anímico bajo de los pilotos y la afición española, tras la debacle que nos ha dejado sin bazas en la categoría reina del Dakar, los coches. “Una pena que se hayan quedado todos ellos fuera ya, tenían opciones a hacer grandes resultados, pero seguro que como a mí me pasó el año pasado, trabajarán a tope para lograr éxitos el año que viene”.
Y, además, con dedicatoria especial. “Es bonito poder agradecérselo a toda la gente que me rodea y, por supuesto a mi madre [fallecida hace unos años y a quién desde entonces homenajea con su nuevo dorsal, el 15]. En algunos momentos de la etapa he sentido que viajaba conmigo y que me guiaba en algún cruce”. Con esa guía seguirá luchando por su objetivo, que no cambia: “Sigue siendo el top 5, es un reto complicado porque si no lo fuese ya lo habría logrado, pero estoy convencido de que lo podemos conseguir”. ¿Y pensar más allá? Para eso, quizá algo tenga que cambiar: “Ganar el Dakar son palabras mayores”, reconoce. Pero… por algo se empieza.
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