Sainz y Cruz, como en el Apolo XIII: "Si quitamos el aire acondicionado nos ahorramos 16 kilos"
Rally Dakar 2020 Lo decidieron antes

Una de las mejores curiosidades de este primer Dakar en Arabia, la dejó Carlos Sainz cuando se le preguntó por la dureza física de esta edición. "Ha habido menos calor que en América, salvo un par de días, y eso a mi me beneficiaba", reconocía. Tanto es así, que en los días previos tomaron una decisión que puso ser vital para el resto de rally. "Decidimos quitar todo el sistema de aire acondicionado, que significaba ahorrarse 16 kilos. Y ya puestos, prescindimos hasta de la Nespresso. Todo lo que pesara, fuera. Podíamos hacerlo, ya que superábamos por bastante el peso mínimo", aclaraba. Sus palabras recordaban al Apolo XIII, donde se quitó cada elemento superfluo de la nave para poder volver a la tierra.
La decisión, no tan anecdótica, resume la forma obsesiva, metódica y apasionada en la que trabajan Carlos y Lucas Cruz, siempre dándole vueltas a la forma de mejorar el rendimiento en cada detalle, por nimio o peregrino que pueda parecer desde fuera.

Ni la Policía de Barajas quiso perderse la foto con Sainz.
Durante la rueda de prensa, organizada por Red Bull y Last Lap en la T2, su mujer Reyes, sus hijas, Blanca y Ana y Carlos Sainz, que ayer por una horas volvió a ser Júnior, estuvieron cerca de él en todo momento. Carletes, incluso le ayudó a ponerse la bandera española en forma de capa, tras anudársela al cuello, ya que se le cayó alguna vez. "Que se vea bien", le decía.

Antonio Sainz, padre y abuelo de los Sainz.
El padre y abuelos de los Carlos, Antonio Sainz Rebollo, no quiso perderse la celebración y acudió en una silla de ruedas, a sus 94 años de edad. Incluso llegó a leventarse en un momento dado para felicitar a su hijo, en una escena más que emotiva.
Aspecto de cansancio
Carlos que estaba abrumado y, por qué no decirlo, con aspecto al borde del agotamiento. Es lo natural después de la paliza de 12 días de competición, más el previo y las celebraciones. Algunos de sus familiares no dejaron de advertir las ojeras del campeón, que el resto no notaba por la alegría y euforia del momento.