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La maldición del Dakar no termina nunca para Sébastien Loeb. El año que todo el mundo apuntaba como el del alsaciano tampoco será el que lleve a sus vitrinas el trofeo del Touareg. Como si fuera un capricho del destino, el nueve veces campeón del mundo del WRC ha seguido, al día siguiente, exactamente el mismo camino que el tetracampeón del Dakar y doble campeón del mundo de rallies, Carlos Sainz.
Loeb sufrió esta mañana un espectacular vuelco cuando disputaba los primeros kilómetros de la tercera etapa entre Bisha y Al-Henakiya. En una zona rápida y muy irregular se encontró con una zanja que desequilibró a su Sandrider, que acabó dando vueltas, aterrizando sobre las ruedas.
"Nos topamos con un peligro, una zanja que no estaba marcada en el roadbook, dimos un fuerte golpe, el coche se puso de lado y volcó. Cambiamos dos ruedas y pudimos salir cinco minutos después, pero poco después se rompió un brazo de la dirección, seguramente por el golpe. No teníamos el repuesto porque lo perdimos en el golpe, así que tuvimos que esperar a Cristina". En total, 40 minutos perdidos.
Inicialmente parecía que el Dacia Sandrider podía seguir compitiendo pero en la parte final aparecieron de nuevo los problemas de temperatura en el motor: "Se sobrecalentó y perdimos potencia, así que nos limitamos a acabar... pero perdimos una hora", resumía lamentado el francés. El resultado es que se encuentran a 1 hora y 14 minutos de Lategan y a 1 hora y 7 minutos de Nasser Al-Attiyah. Pero antes de poder plantearse si sus opciones a ganar el Dakar siguen vivas o no... tienen que superar otro obstáculo.
Déjá vu
Como si fuera un capricho del destino, el nueve veces campeón del mundo del WRC está, un día después, exactamente el mismo punto que el tetracampeón del Dakar y doble campeón del mundo de rallies, Carlos Sainz: con su coche bajo la lupa de la FIA.
El Dacia Sandrider #219 ha pasado la inspección del máximo organismo internacional, y no ha superado la prueba. A las 20:20 horas, los comisarios han determinado la sanción de exclusión de la prueba para el galo al considerar que con los niveles de seguridad del elemento tras el impacto no es seguro que Loeb siga en competición.
Dacia , por su parte, aunque ite el daño en el arco, cree que esos desperfectos no afectan a la seguridad del coche. Por ese motivo, ya en la madrugada decidió apelar la decisión alegando ese argumento: "Los cálculos para verificar el estado de la jaula de seguridad concluyen que aunque una sección está deformada, no afecta a la rigidez de la estructura y, por tanto, no afecta a la seguridad del vehículo"
Ahora, la FIA tendrá que estudiar la apelación y decidir, pero el destino de Loeb no cambiará porque la presentación de este recurso no supone la suspensión de la sanción.
Nueve intentos y (casi) nueve fracasos
Nadie en el campamento duda de que Sebastien Loeb vale uno o varios Dakar. Se le considera, junto a Sainz, el piloto más veloz, pero por unos motivos u otros nunca acaba de redondear sus brillantes actuaciones con la victoria final
En su defensa hay que decir que, por su palmarés tan espectacular (uno de los mejores de la historia del automovilismo) no se le ha dado mucho margen de tiempo para ganar la experiencia que requiere el cross-country... pero también es cierto que él mismo se encargó de disparar las expectativas con resultados brillantes muy pronto: en su primer Dakar ya ganó cuatro etapas y se metió en el top 10 y en el segundo sumó otras cinco y rozó el triunfo (acabó a cinco minutos de Monsieur Dakar)
Tras la época del equipo oficial Peugeot es cierto que no siempre ha tenido el coche adecuado para optar a esa ansiada victoria: en 2019 corrió con un 3008 DKR privado, no participó en 2020 y desde 2021 su apuesta fue el BRX Hunter, un proyecto sin la jerarquía que necesita una figura como 'Seb'.
Su fichaje por Dacia parecía encajar todas las piezas: un proyecto francés, con un fabricante nacido de Renault y con todo el apoyo de un gigante automovilístico. Pero desde su inicio no ha funcionado para Loeb, con muchos problemas mecánicos en la etapa de 48 horas... y la aventura que todavía tiene que superar hoy.
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