Después de cinco días tomando el sol y disfrutando del 'resort' de Lombok, MotoGP se disponía a estrenar el circuito de Mandalika, en Indonesia. Era el momento de afrontar el primero de los tres días de test para rodar por primera vez en la pista. Y el estreno está siendo cuanto menos extraño.
Para empezar, antes de que se abriera el 'pit lane' cayó un aguacero típico de la zona. Pero a diferencia de lo que pasó con Superbike cuando estos hicieron el debut oficial del trazado en noviembre, sólo fueron unos minutos de agua. De ese modo, la actividad se pudo iniciar a las 9:00, hora local (2 de la madrugada en la España peninsular). Álex Rins fue el primero en partir y dio la vuelta antes que nadie. Le siguió Pecco Bagnaia.
Poco a poco, todos se fueron animando. No se trataba de probar nada concreto. Es el día para aclimatarse, conocerse las curvas, las trazadas, etc. Ya habrá tiempo para ajustar la moto o confirmar piezas rodadas en Sepang.
Sin embargo, pronto se vio que las máquinas volvían al garaje llenas de polvo, marrones. La arena del desierto de Qatar era un juego de niños comparado con esto. En Superbike, la Superpole la logró el campeón Toprak Razgatlioglu con 1:32.877; en MotoGP, a mitad de la sesión, el mejor crono lo ha fijado Johann Zarco, con 1:44.830. Alucinante. Y eso que decían que los prototipos irían unos dos segundos más veloces.
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Así, por seguridad, los comisarios optaron por parar nada menos que durante una hora y media para limpiar la pista. Cerca del circuito hay obras y la suciedad acaba en la instalación indonesia.
Tanta inactividad propició que, por consenso, se decidiera alargar el final. Estaba previsto concluir a las 10:00 (hora española), pero será hasta las 10:45. Raúl Fernández fue el primero en volver, como preludio del resto, que ya empezó a bajar, seriamente, los cronos.