Marc Márquez no ha perdido un minuto y tras el fastuoso test en el circuito de Cheste con su nueva Ducati, ha hecho parada en otro 'box' al que por desgracia es asiduo, sobre todo en estas fechas al acabar la temporada: el quirófano.
Solo que esta vez para algo mucho menos grave en las últimas ocasiones con su maltrecho hombro, 'solo' un síndrome compartimental, algo a lo que están muy habituados los pilotos profesionales, la sobrecarga muscular de los antebrazos, que hay que aliviar generalmente con cirugía, producto de pilotar, frenar y mover las motos de competición.
"En la segunda parte de temporada, he estado sufriendo el síndrome compartimental en el brazo derecho. Esta mañana hemos solucionado el problema con el equipo del Dr. Ignacio Roger de Oña con el objetivo de estar listos para el 2024", ha dicho el piloto, que ya se encuentra en casa recuperándose de una operación que no le impedirá arrancar al cien por cien en los test de pretemporada de febrero.
El doctor Ignacio Roger de Oña es el jefe médico del equipo que trata a Marc Márquez en la clínica Ruber de Madrid de la grave lesión que produjo en Jerez en 2020 y que originó la retahíla de operaciones que concluyó precisamente con el galeno del hospital madrileño, que ahora supervisa su postoperatorio y su vuelta a la normalidad.