Cuando empezó la temporada 2024 de MotoGP y se vieron las prestaciones de Honda y Yamaha, últimos en cada sesión y carrera, se empezó a establecer lo que se llamó: la Copa japonesa. Se trataba de saber quién acabaría delante. Ese 'honor' recayó en Yamaha, que finalizó cuarta en el Mundial de Constructores, con 124 puntos, frente a los 75 de Honda. Por equipos, con su única escuadra, los de Iwata fueron octavos con 144 puntos, acabando delante de las dos formaciones de HRC, el Repsol Honda y LCR, e incluso del Trackhouse Aprilia.
Pero, por encima de todo, se vio una cierta progresión a lo largo del curso, que culminó con un gran sexto lugar para Fabio Quartararo en Malasia y un octavo para Álex Rins.
Básicamente, se empieza a notar la mano de Massimo Bartolini, antiguo número 2 de Ducati, que aterrizó en la casa de los diapasones el invierno pasado. Además, Yamaha dio más poder a su base en Europa, en Italia, y fue más ágil en sus mejoras.
Así, en el test de Barcelona sí llevó una montura nueva, no como Honda. Quartararo se permitió estar arriba casi todo el ensayo y concluyó segundo, sólo superado por Álex Márquez y la Ducati GP24.
El galo estaba satisfecho. "Fue un buen día. Probamos bastantes cosas, y sin hacer realmente un intento de vuelta rápida marcamos un tiempo mejor que en la clasificación del gran premio. Marcamos el mejor tiempo con el nuevo chasis y el nuevo motor, así que fue positivo, y sin empezar realmente con tres kilos de combustible, creo que lo hicimos con 8 ó 9. Por supuesto que estaba al límite, pero podríamos haber mejorado unas centésimas o décimas e ir un poco más rápido", decía.
El Diablo se mostró esperanzado con el porvenir. "El nuevo motor ya nos da un poco más de velocidad, con la misma agilidad, y la dirección con el nuevo chasis también es buena. También probamos un nuevo carenado para, quizás, tener un poco más de velocidad punta, pero no fue mejor, era lo mismo. Probamos cosas muy interesantes. Creo que vamos en la dirección correcta y que las cosas más importantes que se suponía que iban a venir, lo harán en Malasia, eso es lo que estaba previsto. Así que la dirección es buena, y espero que pueda servir para el futuro", proclamó. Tener dos motos más en 2025, con el Pramac, con Miguel Oliveira y Jack Miller, es otro de sus motivos para la celebración.
Siendo realistas
Eso sí, el francés sabe que hay dificultades por resolver y que están lejos de Ducati. "No creo que haya habido mejoras reales en la salida de las curvas, que es donde creo que tenemos que mejorar. Con el nuevo chasis, hemos mejorado un poco la entrada, pero lo que nos falta es un poco en la salida. Potencia y agarre es lo único que puedo pedir. En términos de agarre estamos muy, muy lejos. Y en cuanto a la potencia, Papá Noel ya vino antes para darnos un poco más, pero voy a pedir aún más", bromeó antes de ir a operarse, pues se intervino en un brazo para hacer desaparecer unas leves molestias.
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