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Tras 38 días de hospitalización en el Policlínico Gemelli de Roma debido a una grave infección respiratoria, el Papa Francisco finalmente abandonó el centro médico este domingo, marcando su regreso a la vida pública con un emotivo recorrido por la ciudad eterna.
Desde una ventana del hospital, el pontífice de 88 años reapareció ante una multitud que lo esperaba con ansias, bendiciéndolos y agradeciendo su apoyo. En silla de ruedas y con visibles signos de fatiga, saludó con una sonrisa y levantó el pulgar en señal de gratitud. "Agradezco a todos", expresó con voz debilitada antes de emprender su retorno al Vaticano.
El gesto de agradecimiento del Papa Francisco
Sin embargo, el camino de regreso tomó un giro inesperado cuando su comitiva se desvió hacia la Basílica de Santa María la Mayor. Ahí, el Papa dejó un ramo de flores ante el icono de la Virgen 'Salus Populi Romani', en un gesto de agradecimiento y devoción. Esta basílica, a la que siempre acude tras sus viajes, también es el lugar donde ha manifestado su deseo de ser sepultado en el futuro.
Durante el recorrido por las calles de Roma, las cámaras de la televisión italiana captaron la emotiva escena de ciudadanos aplaudiendo al paso del pontífice. A pesar de llevar cánulas nasales para recibir oxígeno, Francisco correspondió con saludos desde el interior del vehículo, dejando ver su fortaleza tras las graves complicaciones que lo mantuvieron en estado crítico.
El mensaje de paz del Papa Francisco
Su regreso no estuvo exento de mensajes importantes. Aunque su estado de salud le impidió pronunciar el tradicional rezo dominical del Ángelus en vivo, el Vaticano difundió el texto escrito en el que el Papa expresó su profunda tristeza por los bombardeos en Gaza y urgía a un "alto al fuego definitivo". También destacó su alegría por el acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán, reiterando su llamado al cese de las guerras en Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo.
Esta aparición fue la primera del Papa desde su ingreso hospitalario el 14 de febrero. La bronquitis polimicrobiológica y la neumonía bilateral que padeció pusieron en riesgo su vida y lo mantuvieron alejado de sus funciones públicas por semanas. Sin embargo, su tenacidad y la atención médica permitieron su recuperación gradual.
Ya en la Casa de Santa Marta, su residencia en el Vaticano, el Papa se reencontró con la calma tras su largo proceso de convalecencia. Su mensaje de gratitud fue claro: "Con paciencia y perseverancia han rezado por mí: ¡muchas gracias!". Una vez más, la fe y la fortaleza del líder católico quedaron patentes, dejando un testimonio de resiliencia ante la adversidad.
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