Marina Ovsyannikova, la editora de uno de los informativos de mayor audiencia en la televisión rusa que irrumpió en el programa con una pancarta contra la guerra, fue una antigua nadadora de cierto nivel.
Ovsyannikova se ha convertido de inmediato en uno de los iconos de la oposición a la guerra desatada por Vladimir Putin contra Ucrania, como ya lo era la anciana Yelena Osipova, superviviente del asedio nazi sobre Leningrado en la Segunda Guerra Mundial, que en los primeros días de la invasión de Ucrania también se manifestó contra la guerra.
La periodista, de 44 años, apareció en directo tras la presentadora del informativo con un cartel, en ruso e inglés, con los lemas "No a la Guerra. Parad la guerra. No creeros la propaganda. Os están mintiendo. Rusos contra la guerra"
Antes, Ovsyannikova, previendo su arresto, difundió en su cuenta de una red social una grabación que constituye todo un alegato contra la política de Putin. "Lo que está ocurriendo en Ucrania es un crimen y Rusia se ha convertido en un país agresor", comenzó su mensaje.
En su juventud, Ovsyannikova llegó a ser campeona universitaria de natación en la región de Krasnodar. Siguió practicando este deporte, en aguas abiertas, y nadó una travesía en el Volga así como la del estrecho del Bósforo, en Turquía.
Tras su protesta, la periodista fue arrestada "por manifestarse ilegalmente" y en un juicio rápido se declaró no culpable de violar las leyes contra las manifestaciones. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se apresuró a ofrecerla asilo o protección consular. Las protestas contra la guerra desatada por Putin pueden acarrear penas de prisión de tres a 15 años.
Pero la repercusión que ha tenido su gesto en todo el mundo ha influido en la benévola pena con la que los jueces, probablemente aleccionados por el poder político, han actuado en este caso. La periodista, que fue interrogada durante 14 hotras, quedó en libertad tras pagar una multa de 30.000 rublos (256 euros).
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