Nilofar Bayat es una de las miles de mujeres afganas que temen por su futuro desde que los talibanes tomaran hace unas horas la capital, Kabul, para confirmar así su control sobre la mayor parte del país. Bayat, capitana del equipo de baloncesto en silla de ruedas, logró ar con la Federación Española de Baloncesto para pedir ayuda para salir de Afganistán, en medio de la incertidumbre y el caos.
Cuando tenía dos años, un misil impactó en el patio de su casa cuando ella y su hermano estaban jugando. Su hermano falleció y ella sufrió una lesión en la médula espinal. Permaneció ingresada en el hospital un año y tuvo que pasar varias veces por el quirófano.
Sin embargo, el deporte le permitió seguir adelante. Nilofar jugó su primer partido de baloncesto en silla en una cancha en el centro de Kabul, rodeada de espectadores, la mayoría de ellos hombres, que le profirieron gritos e insultos.
Ella, sin embargo, siguió jugando, decidida a defender los derechos de las mujeres y de las personas discapacitadas en Afganistán. Junto a la selección femenina de baloncesto en silla -que sólo lleva unos años compitiendo internacionalmente-, ha disputado varios Juegos Asiáticos.
Su objetivo eran los Juegos Paralímpicos de Tokio, pero no lograron la clasificación. Ahora, ante la amenaza talibán, su principal objetivo es huir del país, una solicitud que el Consejo Superior de Deportes ha puesto ya en conocimiento del Ministerio de Exteriores, tal y como han confirmado a MARCA fuentes oficiales. "No puedo salir y sé que no estoy segura aquí. Los talibanes me matarán. No les gustan las mujeres como yo", ha asegurado la deportista a VICE World News. Ahora Nilofar Bayat no sabe si podrá volver a jugar al baloncesto.
España ha acelerado los trámites para repatriar a ciudadanos afganos que han colaborado con España en misiones militares y en proyectos de cooperación, según fuentes del Ministerio del Exterior.