El año pasado salían a la luz los casos de abusos sexuales a gimnastas británicos por parte de entrenadores de la Federación. Numerosos deportistas denunciaron entonces una "cultura del abuso" que se había instaurado y perpetuado en el deporte.
Con el precedente de Larry Nasser en Estados Unidos, los deportistas alzaron la voz. Una de las víctimas, el medallista olímpico Nile Wilson, medalla de bronce en Río 2016, fue especialmente contundente: "Nos tratan como a trozos de carne".
Mike Darcey, presidente de British Gymnastics, reconoce los errores y se muestra "profundamente arrepentido" por la situación. En total han sido 37 los gimnastas que han denunciado estos abusos físicos y psicológicos.
Ante esta situación, se avecinan cambios estructurales en la British Gymnastics. Sarah Powell será su nueva directora ejecutiva, al tiempo que Darcey se refiere al abuso como "algo inaceptable".
Darcey se disculpa en un comunicado en el que dice que la organización "no se ha acercado lo suficiente a la comunidad de gimnasia para comprender sus inquietudes". Así, UK Sport, la agencia gubernamental para deportistas olímpicos, encargó un informe independiente a Whyte Review sobre este asunto.
En este sentido, la Federación responde y afirma que actuará "sin esperar el resultado del informe". El presidente agregó también que "la confianza sólo se ganará con la coherencia de la acción a lo largo del tiempo".
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