Francisco Santos, el actual embajador de Colombia en EE.UU., estuvo retenido en la misma habitacin, su prisin, desde el 19 de septiembre de 1990 hasta el 20 de mayo de 1991. El primer da le dieron una radio y ah encontr la fuerza para aguantar. 722w4s
"Me pona los auriculares para escuchar los partidos, cerraba los ojos y casi que me transportaba al campo. El ftbol era como escapar de esa cadena que me sujetaba a la cama y olvidarme de que poda estar muerto en cualquier momento", afirma.
- En qu pensaba usted mientras estaba encerrado all?
- En sobrevivir. En pasar una noche ms y llegar al siguiente da. En continuar vivo, nada ms - contesta.
La respuesta surge inmediata, espontnea como ese instinto de supervivencia innato que protege al ser humano, el mismo que lo mantuvo a l con vida durante su secuestro.
Francisco Santos (14 de octubre de 1961, Bogot) era un hombre muerto, condenado a recibir un disparo en la nuca el da menos pensado. "Uno se acostaba cada noche sin saber si le iban a pegar un tiro en mitad del sueo y lo dejaban 'botado' en cualquier lado", dice.
l dorma siempre en la misma cama, esa a la que le haban encadenado los tobillos; un catre en mitad de una habitacin 'ciega', donde las ventanas tapiadas impedan el paso de la luz natural. Su prisin.
Ocho meses y un da secuestrado pas. As.
Con libros, algn peridico, la televisin de cuando en vez y una radio. Ay, esa radio. Ese transistor que fue su sustento. Porque por ah, por los auriculares que sujetaba a sus orejas, llegaba un sonido que le permita soar y escapar de all; romper la maldita cadena y echar a correr... 'Despertar' en un estadio. Porque por ah, por esos audfonos escuchaba el golpe seco a un baln, los gritos, las protestas y la alegra de marcar un gol.
"Yo, que estaba encadenado a la cama, me pona los auriculares y oa el partido", asegura.
A Francisco Santos el ftbol le ayud a vivir, aunque lleg un momento en el que prefiri morir.
"Ya haba tomado la decisin de cortarme las venas con unas cuchillas que, sin que mis guardianes me vieran, haba conseguido quitar de la mquina de afeitar", asegura.
Pero entonces apareci Dios. Y lo que era el fin se convirti en un dogma de fe para creer en su libertad. "Yo estoy vivo de milagro", asevera.
Mircoles, 19 de septiembre de 1990. El principio. "Ese fue el da que me secuestraron y me llevaron a la casa donde me tuvieron ocho meses encerrado, en una especie de zulo en el centro de Bogot", afirma Francisco Santos, actual embajador de Colombia en Estados Unidos, en una conversacin telefnica con MARCA.
A 'Pacho', como todo el mundo conoce al diplomtico, le 'castigaron' Los Extraditables, un grupo liderado por el capo Pablo Escobar. Santos era, y es, periodista. Por aquel entonces, a los 28 aos, trabajaba en el diario El Tiempo, del que su familia era propietaria. Como Jefe de Redaccin, publicaba una columna semanal que en muchas ocasiones empleaba para criticar con dureza a los narcotraficantes, opiniones que detonaron su secuestro.
Como l, otras nueve personas fueron privadas de su libertad y dos de ellas, Marina Montoya y Diana Turbay, asesinadas. Eran diez destacados de la sociedad colombiana que Los Extraditables utilizaron para presionar al Gobierno. Un chantaje con el objetivo de detener la extradicin de los capos a Estados Unidos, pas en el que podan ser juzgados, encarcelados y condenados a duras penas.
TRAYECTORIA 1r2m6a
Periodista, vicepresidente de Colombia y embajadorDesde septiembre de 2018, Francisco Santos es el embajador de Colombia en Estados Unidos, un pas en el que culmin su formacin acadmica en sus tiempos de estudiante. All, en la Universidad de Kansas y en la de Texas, obtuvo los ttulos de Periodismo y Estudios Latinoamericanos. Empez trabajando en el diario El Tiempo, donde era Jefe de Redaccin en el momento del secuestro. Despus emprendi su carrera poltica que le llev a ser vicepresidente de Colombia desde el ao 2002 al 2010 durante la istracin de lvaro Uribe. Antes, en el 2000, se tuvo que exiliar a Espaa amenazado por las FARC.
Las portadas que no quiso protagonizar 4d2n4u
Una corresponde a su propio peridico: El Tiempo; la otra, a la competencia: El Espectador. Fueron las portadas del jueves 20 de septiembre, hace ms de 30 aos ya, cuando Francisco Santos se converta involuntariamente en el periodista que protagonizaba la noticia del da.


Una metralleta en la ventanilla 4ryj
Aquel 19 de septiembre de 1990, Pacho viajaba en el coche con su chfer. Haba salido de la redaccin de El Tiempo, ubicada en la Avenida Eldorado 59-70 de Bogot, con destino a casa. Pero nunca lleg. En el barrio Las Ferias todo se acab.
"Me encerraron dos carros y el conductor no pudo escapar. En vez de voltear el coche de adelante, abrir espacio y salir, se congel. Y ellos aprovecharon para llegar hasta m. Pusieron una ametralladora pegada al cristal. Los secuestradores traan tambin una herramienta especial para romper el vidrio blindado de la ventanilla y cuando yo vi que no tena salida, abr la puerta", recuerda.
Sin escapatoria posible, Pacho Santos baj del coche y se entreg sin darse cuenta de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Mientras a l lo metan en otro automvil, a Oromacio Ibez Surez, de 38 aos, su conductor, le disparaban tres tiros en la cabeza. Aquel da, unas horas antes de empezar su turno de trabajo, el chfer haba puesto una vela a la imagen de San Martn de Porres y haba rezado a la Virgen Mara. "Yo slo supe despus que lo haban matado", dice con tristeza.
Con una pistola bien apretada en la sien, a Francisco lo metieron a empujones en un coche. Tena los ojos 'vendados', tapados con unas gafas oscuras, y el corazn aterrado. El automvil volaba por las calles de Bogot, frenaba, derrapaba y volva a acelerar. Hasta que par y a Francisco lo encerraron en su prisin.
Cuando Pacho recuper la visin, ya estaba en una habitacin, la misma en la que pasara los 243 das siguientes, los que dur su secuestro. "Era un cuarto de unos tres metros por dos, por ah. Las ventanas estaban tapiadas con madera. Haba una cama y yo tena los tobillos encadenados a una de las patas de esa cama. Lo que s poda hacer era caminar alrededor y ese fue el ejercicio que hice. Nada ms", explica Pacho que slo sala de aquella estancia para ir al bao: "Tena que cruzar a otra parte de la casa, pero iba encadenado".
Dos mesillas de noche, una cortina, cuya funcin era tapar un tragaluz, y una lmpara completaban la austera decoracin del cuarto, al que despus dotaron de otros elementos que aliviaron el sufrimiento y la angustia de Pacho.

AFICIONADO Y JUGADOR 4u3p1a
Al peridico... con camisetas de ftbolAdems de verlo, Pacho tambin jugaba al ftbol desde pequeo en el colegio San Carlos. Y despus de adulto, ya siendo periodista, mantuvo esa sana costumbre y form parte del equipo de la redaccin de El Tiempo. Su pasin era tal que algunos fines de semana iba a trabajar al peridico con camisetas de sus clubes preferidos. All, en la oficina, Francisco a veces peda "fritanga", as lo recordaban sus compaeros, para celebrar los triunfos del Santa Fe.
UN HINCHA ROJIBLANCO 2a3w2n
Un atltico que tiene pendiente una visita al Wanda"Adems del Santa Fe, que es mi equipo, en Espaa soy del Atltico. A m me perdonarn los del Real Madrid y los del Barcelona...", dice Pacho con una sonrisa y deja la frase inconclusa antes de terminarla con estas palabras: "Yo soy de la clase trabajadora del Atltico". Francisco Santos, que vivi un tiempo exiliado en Madrid, se 'enamor' de los rojiblancos. Y ahora tiene una visita pendiente. "An no he estado nunca, pero tengo que ir a ver un partido al Wanda Metropolitano. En mi poca era La Peineta", asegura.
El primer partido de su secuestro 6r2b47
"Lo primero que me dieron fue una radio", afirma el ahora embajador. Y ah empez todo. Porque aquel da, el 19 de septiembre de 1990, jugaba su equipo, el Santa Fe, contra el Caldas. "Hacia las nueve de la noche lo prend y escuche ese partido en el transistor. No me acuerdo del resultado, porque era tal el trauma que tena... Tal vez pudo ser que empatamos, pero bamos perdiendo, de eso s que me acuerdo", explica.
A Pacho, a pesar de la conmocin y la crisis nerviosa por lo trgico de la situacin en la que se encontraba, no le traiciona la memoria, porque sucedi tal y como cuenta. El encuentro acab con un 2-2 despus de que Santa Fe igualara tras ir por debajo en el marcador. Se haba adelantado a los tres minutos de juego con un gol en propia puerta de Ceferino Pea (1-0), otros diarios le dan el tanto a Acisclo Crdoba, pero Caldas le dio la vuelta al resultado y se puso 1-2 hasta que Adolfo 'El Tren' Valencia, que haba salido desde el banquillo, logr el 2-2 definitivo.
"Santa Fe-Caldas, empate de mucho respeto", titul la crnica El Tiempo. "A Santa Fe le falt jerarqua para hacer respetar su campo", se lee en una parte del texto. El Espectador, otro de los principales peridicos colombianos, tambin recogi en sus pginas del 20 de septiembre aquel encuentro. "Santa Fe se vio sorprendido por el bien conformado Cristal Caldas y tuvo que exigirse para conseguir el empate", escriba el cronista, que destacaba la actuacin de Valencia: "Este habilidoso delantero decret la paridad en una accin individual que comenz desde la parte izquierda, hizo la diagonal, lleg hasta el propio frente del arco y venci a Jimnez".
Esa fue la primera vez que Francisco escuch un partido durante su secuestro, apenas unas horas despus de perder la libertad. "De ah en adelante esa radio y el ftbol me acompaaron siempre. Para m era un medio de escape, como huir de ese encadenamiento a la cama y no pensar en si iba a estar muerto en cualquier momento", apunta.
Despus lleg una televisin. Y otra vez pudo 'salir' de ah. "Al da siguiente de mi secuestro jugaba el Nacional de Medelln y observamos el partido en silencio. La tele me la ponan slo algunas veces. Adems, en Colombia, en aquellos aos, retransmitan muy pocos partidos", recuerda. Aquel encuentro que menciona correspondi a la ida de las semifinales de la Copa Libertadores y el Olimpia se impuso 1-2 al equipo colombiano, con goles de Adriano Samaniego y Ral Amarilla. El tanto del Nacional lo firm Nver Arboleda.
El empate del que Pacho se enter por la radio 163l1w
A pesar del secuestro la vida segua... y el periodismo tambin. Las que observan abajo son las crnicas de un Santa Fe-Caldas del campeonato colombiano. Fue el primer partido que Pacho Santos escuch durante su cautiverio.


UNA PRUEBA DE VIDA 151s46
"Me hacen mucha falta"Dos meses haban pasado sin que su familia supiera si estaba vivo o muerto. Hasta que en noviembre lleg un casete a la redaccin de El Tiempo. Los secuestradores haban dejado a Pacho enviar dos mensajes: uno a su familia y otro al presidente de Colombia.
Palabras emocionadas para sus seres queridos. "Espero estar en la casa antes del 24 para celebrar el cumpleaos de mi familia y la Navidad con ustedes. Me hacen mucha falta y tengo muchas ganas de verlos. Estoy seguro de que mediante Dios y la Virgen esto pronto pasar a ser una experiencia infortunada", aseguraba Pacho.
A Csar Gaviria, el presidente, le alentaba a que se mantuviera firme: "No puedo ni debo pedirle que pase por alto las leyes y la Constitucin. Sin embargo, creo que cualquier cuestin que usted haga para obtener la liberacin de los periodistas, eso s, repito sin pasar por encima de las leyes y los preceptos constitucionales, es benfico no slo para el pas sino para la libertad de prensa que est secuestrada y que ms que nunca es absolutamente necesaria".
Una 'huida' a los estadios 1p2c7
"Lo del ftbol fue ms una experiencia de radio. Lo bonito era que yo cerraba los ojos y me transportaba al campo y vea el partido como si estuviera dentro del estadio mirando a los jugadores. Era una sensacin que me permita escaparme no slo mentalmente sino casi que fsicamente, porque yo me trasladaba, me imaginaba que estaba all. Eran dos horas en las que no pensaba en nada ms que en el partido. Eso fue un mecanismo de ayuda muy importante para m en el secuestro. El ftbol y la radio me acompaaron durante todo ese tiempo", explica Francisco Santos.
La prensa y la lectura tambin sustentaron el nimo de Pacho. "Me preguntaron qu era lo que necesitaba y yo les ped una lista de libros. Me trajeron como 50 y los le tres o cuatro veces todos", dice. Los primeros que solicit fueron 'Aguas Arriba' y 'Siguiendo el Corte', de Alfredo Molano. Ninguno de ellos era de ftbol. Porque esas lecturas deportivas las encontraban en los peridicos, El Tiempo uno de ellos, que le entregaban cada cierto intervalo. "Cuando me permitan verlos, lea la seccin de deportes. Buscaba las noticias para saber lo que estaba pasando en el ftbol", cuenta.
Y otra vez la radio, su fiel compaera de cautiverio. "Tambin oa los programas deportivos, en los que hablaban de mi equipo y eso fue una gran compaa, porque pareca como que no me senta tan solo en la situacin tan difcil en la que me encontraba. Los nervios que uno siente cuando est retenido... Esos partidos eran un descanso mental de esa tensin tan brutal. El ftbol me ayud muchsimo en el secuestro", afirma.

LA COPA DEL MUNDO 653f65
Una figura clave para llevar el Mundial sub 20 a ColombiaColombia fue la sede del Mundial sub 20 de 2011, un logro en el que Francisco Santos y su pasin por el ftbol tuvieron mucho que ver. Durante su vicepresidencia, se volc en este proyecto, que finalmente concluy con un xito total. Tanto que el propio Joseph Blatter, por entonces mximo dirigente de la FIFA, reconoci la eficiencia del pas en la organizacin del torneo. Francisco Santos, mientras, recibi la Orden del Congreso de Colombia en el Grado Cruz de Caballero por los servicios prestados en beneficio del pas con ese Mundial sub 20.
Del Santa Fe desde siempre 3b5h6h
Francisco es un hombre apasionado y todo lo vive con mucha intensidad, con fervor. Desde pequeo se 'enamor' del Club Independiente de Santa Fe, un equipo de la ciudad de Bogot fundado el 28 de febrero de 1941. "Esa pasin me viene desde chiquitito cuando iba con mi hermano mayor al campo. Como yo era muy inquieto, l me daba coscorrones para que me estuviera tranquilo. Yo por entonces apoyaba al equipo azul que era el Millonarios, pero dije: 'Ya no voy a ser de ese'. Y me volv del Santa Fe", afirma.
Y ese hechizo por el club cardenal, como se conoce al equipo, dura hasta hoy. "En el colegio tena un compaero, muy amigo mo, cuyo padre era hincha del Santa Fe y nos llevaba muchos domingos al estadio a ver los encuentros. Desde ah me qued esa aficin y yo soy de los que voy al campo siempre. Cuando estbamos 5.000 aficionados, ah estaba yo; cuando bamos 30.000, ah estaba yo tambin... Soy hincha del Santa Fe desde siempre", contina.
Lo que es la vida... Esa pasin infantil le ayud a Pacho a 'respirar' en el ahogo de su secuestro. Eso, y su fe, su fuerza de voluntad para controlar la mente y no desfallecer. "Aislaba los pensamientos en la familia porque eso si no le derrumba a uno. Deba mantener la fuerza y bloque los sentimientos. Uno tiene que defenderse como puede", explica.
PASIN TAURINA 4o6m4r
Csar Rincn le dedic un toro en Las VentasAdems del ftbol, los toros son otra de las grandes aficiones de Francisco Santos. "Poco despus de ser liberado viaj a Espaa y, como soy muy taurino, fuimos a ver una corrida en Las Ventas, la de la Beneficiencia que estaba presidida por el Rey. Toreaba el colombiano Csar Rincn, que me dedic un toro porque yo acababa de salir libre del secuestro. El cartel lo completaba Ortega Cano", recuerda Francisco.

La llamada de Dios g5u12
- Francisco, por mucho que uno intente mantenerse firme, usted pas ocho meses encadenado, encerrado, sin apenas luz, esperando que llegara el momento del disparo... Nunca pens en suicidarse?
- Claro que s. Y una de las causalidades ms grandes que me pas a m fue que haba tomado la decisin de quitarme la vida. Cort las cuchillas de una mquina de afeitar sin que se dieran cuenta, las met debajo de la cama y el domingo en la noche, cuando estuvieran todos dormidos, me iba a cortar las venas sin que nadie se diera cuenta. Y ah acababa.
La resistencia de Pacho ya se haba terminado. Pero l an mantena su fe en Dios o quiz era Dios el que mantena la fe en l.
- Ese da preciso me llevaron el peridico El Tiempo y ah encontr una columna de un sacerdote muy cercano a m, el confesor espiritual de la familia, en la que me deca que no me suicidara porque mi vida slo le perteneca a Dios. Ese da me di cuenta de que el Seor no me poda enviar un mensaje ms claro y entonces abandon la idea. Si esa columna la hubieran publicado una semana despus...
Francisco Santos se hubiera suicidado.
Pero aguant. Un da y otro y otro. Todos eran igual. A Pacho no le dejaban nunca solo. "Uno de mis secuestradores siempre estaba all conmigo en la habitacin", dice Francisco, que conversaba con sus vigilantes, aunque "ellos no eran muy futboleros". A veces vean la televisin, a veces incluso jugaban al ajedrez. A pesar de lo 'cotidiano', casi de la convivencia, sus captores permanecan siempre encapuchados y con el arma a mano. Porque en cualquier momento poda llegar la orden de la ejecucin.
La sociedad en Colombia, mientras, era un clamor y desde todos los mbitos presionaba a los narcos. Se peda por el fin del cautiverio de los rehenes en actos pblicos, en la televisin... Y en los partidos de ftbol, porque hubo un tiempo en el que antes del comienzo de cada encuentro se haca un llamamiento por la libertad de los secuestrados.
SECUELAS DEL SECUESTRO 4b352o
Pesadillas con un chicleFrancisco Santos jams olvidar un chicle pegado en el techo. Era el que vea cada maana cuando abra los ojos en la habitacin en la que pas 243 das secuestrado. Una imagen que le persigui mucho tiempo despus de ser libre. "Ese chicle lo miraba cuando me despertaba y entonces yo me deca a m mismo: 'Sigues secuestrado'. Cuando me soltaron tena estrs postraumtico y soaba que lo vea. Me despertaba aterrado por la noche y no me calmaba hasta que me daba cuenta de que estaba libre", asegura.
"Aqu tienen que venir a avisar" 3y6110
Lunes, 20 de mayo de 1991, el da que termin todo. "El domingo por la noche Los Extraditables, que era el grupo de Pablo Escobar, anunci por los medios de comunicacin que al da siguiente me liberaban. Yo en ese momento, por ejemplo, s tena televisin y estaba viendo el noticiero cuando lo comunicaron. Les dije a los que me vigilaban: 'Bueno, y ahora... qu pasa?'. Y los secuestradores me respondieron: 'Nada, espere. Aqu tienen que venir a avisar'. Y efectivamente esa persona lleg al da siguiente por la maana y fue cuando empezaron a arreglar y a desocupar la casa. Entonces me dijeron que saldra por la noche", recuerda.
El tiempo se detuvo, los minutos ya no corran. Pacho Santos esperaba... "Quedbamos dos secuestrados de todos los que cogieron. Uno saldra antes y yo debera hacerlo para el noticiero de las nueve de la noche. As que salimos como a las ocho y media de la casa y me dijeron: 'Mntese ac'. A mi lado iban unas personas que ya me haban anunciado que como intentara cualquier cosa tenan la orden de 'botarme' debajo del carro", explica.
"El coche de pronto se par. Yo ms o menos saba en qu parte estbamos de Bogot, cerca de un cruce donde haba una estacin de polica. El conductor intent prenderlo de nuevo, pero el carro estaba viejo y no responda. No poda verle la cara, porque llevaba unas gafas negras puestas, pero oa el ruido de los intentos por arrancar y pensaba: 'Van a salir los policas a ayudarlo y esto va a ser un desastre'", apunta.
Francisco Santos empez a temerse lo peor. Desde luego, no iban a permitir que ningn agente de seguridad se acercara. Y la orden que haban recibido era clara: ni un testigo. El primero en desaparecer, por supuesto, sera Pacho.
"Por favor, llveme a la libertad" 5b44q
"Unos dos minutos despus, el carro prendi y avanzamos de nuevo. Se detuvo pasadas dos cuadras, creo, y me soltaron", recuerda Francisco, que volva a ser un hombre libre. Ahora tena que llegar a casa. "Me dieron 6.000 pesos, que entonces era un montn de plata para una carrera en taxi. Empec a caminar. Pasaron muchos y ninguno me recoga. Hasta que uno se detuvo. El taxista me reconoci y le dije: 'Por favor, llveme a la libertad'. Y condujo hacia mi domicilio", asegura Pacho, que le pag con los 6.000 pesos, una pequea 'fortuna' para el coste del precio del trayecto que haban recorrido.

EL REGRESO A UN CAMPO DE FTBOL 3f4x33
Un saque de honor para celebrar la libertadPacho Santos empez a recuperar poco a poco su vida normal una vez liberado. Y en cuanto se sinti con nimo fue a un estadio... con homenaje incluido. "Recuerdo que tan pronto sal del secuestro hice el saque de honor de un partido del Santa Fe y llev a mis dos hijos que en ese momento eran pequeos, uno tena un ao y medio y el otro, dos aos y medio. Estaba el 'Tren' Valencia en ese equipo del Santa Fe. Y ese fue el primer da que yo fui al ftbol una vez libre", explica Francisco.
El reencuentro 3g536v
Las portadas de El Tiempo y El Espectador con la noticia que se haba hecho esperar ocho meses: Francisco Santos era libre. Por fin, aquel 20 de mayo de 1991 por la noche, Pacho pudo volver a abrazar a su familia.


EL TAXISTA 1s5u2a
"Va a ser la mejor carrera de su vida"Pacho jams podr olvidar a Jairo Baquero ni Jairo Baquero jams podr olvidar a Pacho. Jairo fue el taxista que llev a casa a Francisco el da que lo liberaron. "Se subi y me dijo: 'Esta va a ser la mejor carrera de su vida'", recordaba el conductor en el diario El Tiempo. "Cuando bamos de camino, me pidi un cigarrillo y un fsforo, pero yo no tena fsforos. Entonces dijo: 'Bueno, eso no importa, llveme a mi casa'". Cuando llegaron al domicilio, Jairo toc tres veces el claxon. Y los periodistas que esperaban supieron que Pacho ya estaba ah. Antes de bajar, le entreg al taxista los 6.000 pesos que le haban dado los secuestradores.
- Francisco, se ser el da ms feliz de su vida...
La frase, una vez pronunciada, suena estpida por lo evidente de la rplica que se espera. Cmo podra no serlo!
La respuesta de Pacho surge inmediata, espontnea como ese instinto innato del hincha que explota cuando su equipo marca un gol.
- No, no lo fue - dice tajante - El da ms feliz de mi vida es el del 0-5 de Colombia a Argentina en el ao 1993. Yo estaba en Buenos Aires y vi el partido en el estadio.
Y esa pasin por el ftbol fue la que ayud a Francisco Santos a sobrevivir.


Jos I. Prez
Diseo y Maquetacin
Ral Escudero - Emilio Alcalde
Infografa
Miguel ngel Carbonero
Ilustracin
Juan Carlos Fernndez
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