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El próximo jueves 19 de octubre, se celebra el Día Internacional de la lucha contra el cáncer de mama y es por eso que en Femenino Singular hablamos con la doctora Lucía González Cortijo, oncóloga del Hospital Universitario Quirón Salud que hace unos años tuvo la idea de organizar un grupo de entrenamiento para pacientes con cáncer de mama. Para ello contó con la inestimable ayuda de Ramiro Matamoros, conocido como el rey de las populares, que fue el encargado de poner en marcha el movimiento "Corre en Rosa". Además de hablar con la doctora Lucía González también lo hicimos con una de las pacientes que comenzaron a correr gracias a su iniciativa, la escritora, aventurera y superviviente de cáncer de mama, Ana Olivo.
"La mayoría de las pacientes que se diagnostican de un cáncer de mama se diagnostican en estadios precoces y por eso las supervivencias a largo plazo son muy altas. Primero, por la detección precoz, y también por los tratamientos". Para que los tratamientos tuvieran mejores resultados la doctora pensó que sería bueno organizar alguna actividad deportiva moderada para sus pacientes. "Empece a correr en 2014, porque los médicos tenemos muy poco tiempo y es complicado para las que tenemos hijos y familia organizarnos y lo bueno que tiene correr es que lo puedes hacer en cualquier momento y en cualquier lugar. Vi que me encontraba bien y que les podría venir bien a mis pacientes. Por entonces se empezaron a publicar algunos trabajos sobre los beneficios de realizar ejercicio para los pacientes de cáncer. Ahora parece una cosa muy obvia ahora, pero hace ocho años no estaba tan claro. Empecé a animarlas en la consulta a que empezaran a caminar, a correr. Y la verdad es que era muy complicado porque una mujer sola, con un tratamiento como la quimio, que se ha quedado sin pelo, que se ha cogido seis o siete kilos, porque la mayor parte de las pacientes cogen peso a causa del cambio del ciclo hormonal que provoca el tratamiento, muchas se quedan menopaúsicas antes de tiempo. Es complicado decirles que se pongan unas mallas y salgan a correr solas. Así que pensé en organizar un grupo. Pero necesitaba un entrenador. Claro que no encontraba a nadie que lo hiciera de forma altruista, porque no tenía financiación. Y un día, apareció Ramiro en mi camino y pasó lo que se cuenta en el libro".
"Corre en Rosa" echó a andar o, mejor dicho, a correr, en 2015 que fue cuando consiguieron organizar los grupos. Ramiro Matamoros sigue ahí, coordinando a las corredoras, con sus entrenadores, que vienen y van, porque todos trabajan de forma desinteresada. Pero ya son ocho años de terapia física para pacientes de cáncer que también favorece el estado psicológico y emocional porque en cada jornada de entrenamiento comparten vivencias, risas y buenos ratos que contribuyen a sentirse mejor después del tratamiento e incluso durante el mismo, dependiendo de su estado, siempre supervisado por los médicos. "Hemos conseguido crear un grupo que cada año va creciendo, porque al principio empezamos con mis pacientes pero ahora vienen pacientes de otros hospitales y no son sólo pacientes de cáncer de mama".
Siempre hay que tener algo por lo que luchar
Una de las pacientes de la doctora Lucía González Cortijo es la escritora Ana Olivo que empezó a correr en ese grupo de entrenamiento. Su mejoría fue tan evidente que no ha dejado de correr desde entonces. De hecho, ese entrenamiento le sirvió para enrolarse en una de las aventuras del Reto Pelayo Vida en el que se enfrentó a una travesía por el Ártico. Su experiencia, junto a la de otras cuatro compañeras, la contó en un libro titulado Encordadas y también puede verse en el documental Ímaqa emitido en Amazon Prime. El documental constituye un perfecto paralelismo con lo que es el cáncer de mama porque se enfrentan a un abismo desconocido lleno de grietas (la enfermedad) y tienen que confiar plenamente en sus guías, (los médicos) para conseguir cruzar ese desierto helado con éxito.
Tanto para la doctora como para Ana Olivo, cada uno de los retos conseguidos por las pacientes es como conseguir una medalla. "El reto que ellas se hayan impuesto, aunque sea acabar una carrera caminando, siempre es una alegría. Lo importante es que siempre hay que tener algo por lo que luchar", afirma la doctora Lucía González, "y es importante hacerlo en grupo y poder compartir eso juntas y demostrarse entre ellas que son capaces, es emocionante y lo más gratificante para ellas".
Cada reto que supero es como darle un pisotón al cáncer
Ana Olivo coincide. "Cuando estaba acabando el tratamiento la doctora me dijo que me iba a apuntar al grupo de corredoras de Corre en Rosa. Yo nunca había corrido y ahora, mira, soy corredora de trailrunning. De hecho, el próximo año correré mi primera maratón de montaña. Y es todo gracias a su proyecto porque fue una vía de escape para mi salud mental, emocional y física, especialmente por hacerlo en grupo y compartir esas emociones con mis compañeras. Cada reto que supero es como darle un pisotón al cáncer. Y la alegría compartida es mayor alegría".
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