Lo primero que hay que decir es que ayer el Atleti fue justo vencedor ante la Real Sociedad y si hubiese sido un partido disputado por futbolistas mancos el resultado hubiese sido el mismo.
Los de Simeone le metieron intensidad, rigor defensivo, buen juego sustentado en Koke, incomprensiblemente olvidado por la selección, dos palos, uno de Rodrigo de Paul formidable, y más capacidad de reacción tras el empate pese a estar en considerable desventaja por las bajas que limitaron sus opciones de cambios.
La Real tiró a la basura casi una hora de partido con Kubo, Brais y Merino a un nivel discreto y cuando se dio cuenta de que podía rascar algo más se topó con el penalti de la discordia.
Lo segundo que hay que apuntar es que en el fútbol que todos hemos vivido la mano de Morata es tan inevitable como, seguramente, intrascendente ya que apenas desvía la trayectoria de la pelota, mientras que la de Carlos Fernández, también inevitable porque intenta levantarse, hace un tapón de baloncesto a un disparo que llevaba claro marchamo de gol. Pero, ya se sabe, en este fútbol moderno de hoy en día las llamadas jugadas grises hacen que todos tengamos referencias de que en situaciones similares se ha pitado justo lo contrario de lo indicado ayer por Munuera Montero, árbitro de notable talento cuando las cosas van rodadas y escasa personalidad cuando se empinan.
En última instancia está el consejero delegado del Atleti que comunicó lo que comunicó al calor de un derbi en el que no salió mal parado y como contestación a las quejas y lamentos del Real Madrid. Es el único dirigente que se atrevió a ir un poco más allá de una declaración a pie de campo, con la calentura e inmediatez del partido. Lo hizo de forma sosegada, reflexiva, defendiendo a su club y su mensaje, creen en Pamplona y Donosti, parece haber calado. El cuento de nunca acabar. El que no llora, no mama. De momento, nueve puntos del tirón. A juicio de muchos Gil Marín ya es más decisivo en el Atlético de Madrid que Griezmann y su pose de futbolista total que aparece por todas partes. Esto es así.