Casi 1.700 millones de libras, es decir, casi 2.000 millones de euros por cada una de las cuatro próximas temporadas. De 2025 a 2029. En total serán 6.700 kilos que es mucho en cualquier mercancía y mucho en billetes de dinero fresco. Dos operadores televisivos: Sky Sports y TNT que se reparten la tarta de las imágenes de la Premier League con una mínima porción para la cadena pública BBC. Se mantienen medidas de protección y seguro que los campos seguirán llenándose y los goles cayendo como hoja caduca cada fin de semana. Acuerdo firmado.
Es una fotografía a vuela pluma de lo que está ocurriendo con el fútbol en Reino Unido. Las comparativas con España son inevitables. En el vistazo general salimos perdiendo claramente aunque habría que tener en cuenta varias consideraciones. Los ingleses son más, casi el doble, y disfrutan de una mejor economía, tienen más tradición en el consumo de pago y su vínculo con otros países tiene mayor arraigo que el que nosotros mantenemos con países hermanos, en Sudamérica fundamentalmente, de menor poder adquisitivo.
Sin Messi, ni Cristiano, con el Barça intentando escapar del caos y con el Madrid como ariete solitario de un montón de causas que los demás dan por perdidas es difícil equipararse ni siquiera a la Bundesliga que, económicamente, también nos da sopas con hondas.
Las quejas sobre el precio de las entradas, el gusto por lo VIP, los abonos de la tele, las incomodidades de algunos estadios, la nula política social de muchos clubes y la falta de goles en los partidos acaban de perfilar una fotografía cada vez más sepia que singularmente no tiene su refrendo con los datos tangibles. La asistencia a los estudios en este arranque de competición mejora los datos del pasado curso.
Somos pobres, pero no nos hemos enterado. Ya lo dijo Rajoy que era un visionario. Cuanto peor, mejor.