Al pobre Aleix García le hicieron un traje la semana pasada, Míchel, su entrenador, el primero, por el mero hecho de abrir su corazón y compartir con quien le quiso ver y escuchar sus anhelos futbolísticos. Me gustaría jugar en el Barça, dijo. También habló de la excelencia del Madrid, de la trayectoria del Cholo, de la aventura histórica que le toca capitanear en Girona, pero nada de eso importó. Ese deseo de color azulgrana días antes de pisar Montjuic fue merecedor, al menos, de un bloqueo en X por parte del ministro Puente, el gran animador del ídem.
Chascarrillos aparte, sobre Aleix García comenzó a dibujarse una silueta sospechosa antes del partido que ayer pudo cambiar la historia del Girona y quien sabe si de LaLiga. Quien más y quien menos pensaba que coquetear con los culés era sinónimo de rendición antes de la batalla lo que conjugado con la sospecha permanente de que el equipo de Montilivi no va a poder prolongar más el cuento de Cenicienta que protagoniza el resultado favorable al Barcelona estaba más que servido. Le suman el triunfo ante el Atleti, la clasificación europea a costa del Porto y el buen hacer de Joao con la vuelta de De Jong y hasta las paradas de Iñaki Peña y para qué quieres crisis.
Pero, aunque el fútbol es un juego, la lógica acabó por imponerse. Aleix García tuvo un comportamiento íntegro, profesional y, además, brillante en el rectángulo de juego. El Girona, que es mejor equipo, ganó de forma convincente, vistosa y merecida y el equipo del arquitecto/albañil Xavi Hernández se dejó buena parte del crédito adquirido la semana pasada por falta de solvencia defensiva, nula puntería y muchas dudas conceptuales ante un Girona mucho mejor trabajado que marcó de formas varias como combinando, de juego directo y contragolpeando.
La crónica perfecta del partido la firmó el mejor sumiller del mundo, desde el Celler de Can Roca. El Pitu brindó resumiendo que los jugadores del Girona tienen nivel para jugar en el Girona mientras que los jugadores del Barça no tienen nivel para jugar en el Barçelona.
Por eso te pregunto Aleix, ¿seguro que quieres jugar en este Barça?