"El Real podía pero no quiso; la Real quería pero no pudo"

Anoche en el Santiago Bernabéu pasaron muchas cosas, muchísimas, pero desde el primer momento al último tuve la misma sensación: la Real quería, pero no podía, y el Real podía, pero no quería.

Tampoco cojáis esto de forma literal. Es un resumen grosso modo. El Real Madrid no solo tiene un problema de actitud, compromiso, motivación o como queráis llamarlo, también lo tiene de fútbol y táctica. Y la Real aunque no pueda como antes, sigue siendo un equipo que hace bastantes cosas bien. Pero, ya digo, desde el arranque, en el que el Real Madrid le daba la iniciativa a una Real incapaz de generar nada salvo si el rival de equivocaba, hasta el final en el que el Real Madrid se vio fuera y comenzó a hacer cosas, individuales y colectivas, que no había hecho en el resto del encuentro, me quedé con esta sensación que os comento. Una sensación que mejor que nadie resumen dos futbolistas.

Mikel Oyarzabal no estaba pudiendo durante los primeros 70 minutos del partido. Estaba lento en transición, se le fueron dos controles que hubieran generado mucho peligro y la ocasión que tuvo en el área pequeña rebotó en el techo del Bernabéu. Pero esto no le aplacó. Oyarzabal es un muy buen futbolista que está atravesando un momento complejo, pero siempre, antes y ahora, lo que le ha definido es que es todavía mejor competidor. Siguió intentándolo, siguió percutiendo y siguió creyendo cuando había razones para dejar de hacerlo. Y así marcó el gol que le daba el pase a la Real y también el que enviaba el partido a la prórroga. 

Mikel representa mejor que nadie lo que ha ganado la Real con Imanol Alguacil: creer en que algo es posible independientemente de cómo de bien estés. Si esta es la última eliminatoria del de Orio como entrenador de la Real, puede estar bien orgulloso por esta razón. En esta ocasión el 3-4 en el Bernabéu no le dio el pase, pero entre los 5 años que separan ambos partidos está el legado de un entrenador ya histórico en la Real Sociedad.

Tras el primer gol de Oyarzabal apareció el otro nombre que resume el encuentro: Vinicius Junior. Él no estaba queriendo durante los primeros 80 minutos a pesar de haber dejado una asistencia colosal para Endrick. Estaba de nuevo desenfocado. No tiraba desmarques, no buscaba el uno para uno, cuando recibía el balón de espaldas perdía balones peligrosos…Estaba siendo más un problema que una solución para su equipo. 

Pero cuando su equipo más lo necesitaba, Vinicius recuperó su mejor nivel. En esto también tiene que ver la entrada de Traeré por Aramburu, cierto es, pero me parece muy inocente pensar que tras ese cambio de Vinicius tras el 1-3 un lateral con tarjeta amarilla hubiera podido pararle. Lo cierto es que cuando un jugador del nivel de Vinicius vuelve a enfocarse y se echa el equipo a la espalda es difícil que un solo hombre pueda pararle. Anoche Vinicius hizo la del Dortmund. Las que tantas veces también hizo el año pasado y hace dos. La que no había hecho todavía en 2025.

Al final este antes y después de Vinicius ante la Real Sociedad no sólo resume muy bien el partido, sino que sobre todo representa y explica una temporada del Real Madrid en la que puede ganarlo todo a pesar de que muchos tengamos la sensación de que a estas alturas ya se podía haber quedado sin nada.