El FC Barcelona firmó anoche en Dortmund, probablemente, su peor partido en la presente edición de la Champions League. Mal partido. Malísima imagen. Cayó 3-1 ante el Borussia, aunque por fortuna para el barcelonismo, el billete a semifinales —seis años después— está sellado. Y eso, pese a todo, sigue siendo la gran noticia.
Ahora bien, ese resultado deja algo más que un aprendizaje deportivo: evita que el Barça se relaje. En Europa cualquier equipo te puede pintar la cara, independientemente de lo que hicieras en la ida. Es un aviso serio para el futuro. Así que, repito, tirón de orejas para los de Hansi Flick. Se le puede permitir el error… pero no más relajaciones si el objetivo es de verdad aspirar al triplete.
Y hablando de noches grandes: hoy turno para el Real Madrid.
No veo al equipo de Carlo Ancelotti dándole la vuelta al 3-0 de la ida ante el Arsenal
Me sigo mojando, lo dije y lo mantengo: no veo al equipo de Carlo Ancelotti dándole la vuelta al 3-0 de la ida ante el Arsenal. Pero también digo otra cosa: por si acaso, he hecho la maleta. He hecho 600 kilómetros y esta noche la voy a vivir con los míos. Con mi familia, con mis seres queridos. Porque si al Madrid le da por remontar… más vale estar acompañado.
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