Selima Sfar, la extenista tunecina que llegó al número 75 de la WTA, ha desvelado en una entrevista en L'Equipe que fue violada por su exentrenador, Régis De Camaret, hace 35 años cuando ella sólo tenía 12.
La tunecina relata que con 12 años decidió ser tenista profesional. Hizo una prueba en Roland Garros. Decidió dejar Túnez y poner rumbo a una escuela de tenis en Biarritz con Régis de Camaret. Unos meses después de estar ya en la escuela, en uno de los viajes de Túnez a Burdeos, De Camaret fue a recogerla al aeropuerto. "En medio del viaje, era la una de la madrugada, se detuvo al costado del camino y empezó a tocarme, a hacerme cosas. En ese momento ni siquiera sabía lo que estaba pasando, no entendía nada. Hace 35 años, 12 años no son 12 años ahora. Lo único que sabía era que era uno de los mejores entrenadores del mundo, un pequeño "Dios" del tenis en Francia y, si realmente quería convertirme en campeón, lo necesitaba", relata Sfar.
Una vez llegaron a casa del entrenador, Sfar recuerda cómo él se marchó a su cuarto y ella se quedó en el sofá cama. "Una o dos horas después me desperté y él me tocó. Luego pasó de tocar a violar, muy rápidamente. Cada vez era lo mismo, me quedé paralizada. Duró casi tres años", explica.
Lo peor de todos estos años es eliminar la culpa y la vergüenza; incluso en mi familia algunos me decían por qué no decías que no
"A los 16 o 17 años comencé a rebelarme. No pude soportarlo más. Sentí una rabia horrible, una tristeza. Ya no quería entrenar con él, no podía. Fui a Burdeos, donde me formé durante un año y medio con Henri Dumont. Era una manera de salir de ahí. Entonces decidí ir a Londres y no tener más entrenador. Fue una decisión radical. Entrenaba sola seis horas al día. Fui disciplinada y llegué al top 100", apunta.
En 2005, la tenista sa Isabelle Demongeot publicó su libro Servicio y vólea, donde revelaba que había sido violada durante nueve años por Régis de Camaret. "En ese momento ni siquiera lo había itido ante mí misma, me dije que no había pasado nada cuando una parte de mí sabía que había pasado.No estaba preparada para que mis padres se enteraran así. Fue imposible. Me llevó 25 años itirlo ante mí misma y 35 años decirlo públicamente. Respeto a Isabelle Demongeot y a todas las mujeres que hablaron. No juzgo a nadie".
La denuncia de Demongeot y la de otras 20 tenistas llevaron finalmente a De Camaret a juicio y en 2014 fue condenado a 10 años de cárcel. "Lo peor de todos estos años es eliminar la culpa y la vergüenza. Incluso en mi familia algunos me decían por qué no decías que no. Es lo peor que se puede escuchar", reconoce Sfar que ha puesto en marcha una web, 'Unus Mundus' para ayudar a las personas maltratadas.