Una de las razones que empujan a Novak Djokovic a seguir jugando al tenis es batir todos los récords. Una de las cifras mágicas que le faltaban al mejor jugador de la historia son los 100 títulos. Sólo habían estado al alcance de Jimmy Connors (109) y Roger Federer (103) en la Era Open.
El serbio se ha unido este sábado a ese selecto club tras derrotar en la final del Open 250 de Ginebra a Hubert Hurkacz, por 5-7, 7-6(2) y 7-6(2). Si en Shangái perdió con Jannik Sinner y en el Miami Open su verdugo fue Jakub Mensik, esta vez se agarró a la arena para remontar a Hurkacz. A la tercera fue la vencida.
Hurkacz ha estado mucho más cerca de ganar que yo durante todo el partido
Djokovic, que había decantado a su favor los siete precedentes con su rival, ha dado un golpe de efecto en vísperas de Roland Garros. Y es que ha batido un récord que compartía con Rafael Nadal. Ya son 20 temporadas consecutivas en el circuito con al menos un trofeo ganado.
En un día soleado en Ginebra, algo que raramente se ve en la primavera suiza, al balcánico le entraron todos los males y no paró de gesticular con ambas rodillas en muchas fases del partido. Fue Hurkacz el que dio primero con un 'break' en el duodécimo juego. Este le dio la manga inicial.
El campeón de 24 grandes firmó las tablas en el marcador en la muerte súbita. Cuando parecía que la dinámica del partido había cambiado, el polaco reaccionó con un 2-0 de salida en el tercer set.
Sin embargo, Djokovic sabía que estaba ante el que podía ser el último tren para llegar a los 100 y dio la vuelta corriendo a todas las pelotas como si fuera la final de un 'major'. Le dio igual tener que sufrir durante 3 horas y 5 minutos. El botín valió la pena.
De Ginebra a París
Poco tiempo tendrá 'Nole' para celebrar. El martes tiene programado su estreno en Roland Garros contra el estadounidense Mackenzie McDonald. El tenista de Belgrado aceptó a última hora una invitación de Ginebra para ganar algún partido en tierra antes del Abierto galo. Se marcha con cuatro triunfos y siendo centenario.
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