Wimbledon

Nick Kyrgios, un 'bad boy' en Wimbledon

Wimbledon 2019 La pompa y circunstancia de Wimbledon contra el jugador más díscolo del circuito

Faltaba menos de una semana para el inicio de Roland Garros, segundo 'Grand Slam' de la temporada, y que culmina la gira europea de tiera batida. Nick Kyrgios se fotografiaba en una de las pistas de entrenamiento de Wimbledon, sobre hierba, cuando el torneo británico aparece en el calendario a partir del 1 de julio. Su compañero de sesiones era Andy Murray, convaleciente de su operación de cadera.

"Roland Garros es una mierda comparado con esto", decía Nick en redes sociales. Cinco días después, y a pesar de estar en el cuadro, se ausentaba de los Internacionales de Francia sin un motivo oficial. Así es él. Nacido en Canberra hace 24 años, de padre pintor (Giorgos) y madre ingeniera informática (Malay), el tenista se ha convertido en el chico malo de un circuito masculino que presume del 'fair play' de su 'Big Four'.

La escena completa previa a la descalificación de Kyrgios en el ATP Masters 1000 Roma 2019

Mientras Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray llevan 15 temporadas dominando el tenis sin polémicas, ni dentro ni fuera de las canchas, Kyrgios ha convertido sus salidas de tono en una razón de ser.

Presumía que la hierba es su superficie favorita pero no pasó de la primera ronda en Stuttgart y ganó un partido en Queen's ante el español Roberto Carballés. En territorio teutón, dejó otra imagen para el recuerdo preparando su estreno cogiendo la raqueta al revés y emulando que era un bate de béisbol.

Rebelde desde pequeño

A pesar de tener contrato con Nike, con lo que debería usar la línea de tenis, sus elásticas son de equipos NBA, su otra gran afición. Los Boston Celtics son su franquicia favorita y de la que presume cuando pasea por las instalaciones de los eventos. La razón hay que buscarla en que siempre iró a Kevin Garnett.

Con sangre griega y malaya en sus venas, su madre pertenecía a la familia real de Selangor, y fiel creyente de la religión ortodoxa, luce la cruz distintiva colgando del cuello, Nick fue rebelde desde pequeño. Cuando sus entrenadores le mandaban al gimnasio, él les ignoraba.

A pesar de ello, gracias a su ilimitado potencial, fue campeón júnior del Open de Australia en individuales y en dobles en la campaña 2013. Eso le encumbró a lo más alto de su categoría. Un año después, la victoria ante Rafael Nadal en los octavos de Wimbledon le pondría en todas las portadas. Estaba señalado como una de las estrellas emergentes. Ahí se quedó.

"Kokkinakis se acuesta con tu novia. Lamento decírtelo, colega"

Empezó a perder el respeto por el tenis y por los compañeros de vestuario en agosto de 2015. Durante su duelo con Stan Wawrinka en Montreal, le soltó esta frase al suizo: "Kokkinakis se acuesta con tu novia. Lamento decírtelo, colega".

Kyrgios a Wawrinka: "Kokkinakis se ha acostado con tu novia"

Una vez finalizado el partido, Stan le contestó a través de las redes sociales: "Decepcionado por ver a un deportista y a un compañero de profesión ser tan irrespetuoso de una manera que ni siquiera podía imaginar. Lo que dijo no se lo diría a mi peor enemigo. No es sólo inaceptable, sino que va más allá. No hay necesidad de este tipo de comportamiento dentro y fuera de la pista, espero que la ATP no se quede parada y se levante por la integridad de este deporte que hemos trabajado tanto por construir".

En septiembre de 2015, durante el estreno en el US Open, hacía la siesta en los descansos ante la cara de perplejidad de los asistentes a la central Arthur Ashe y también de su rival Andy Murray. "Lo único que hacía es hacer la siesta, es bueno para la salud", argumentaba. "Las payasadas de Kyrgios son graciosas", dijo el británico a la conclusión.

En octubre de 2016, en el Masters 1.000 de Shangái, el australiano tiró su partido de segunda ronda con el alemán Mischa Zverev. Hizo todo lo que no se puede hacer según especifican los códigos de conducta: faltó el respeto al rival, al público y se encaró tanto con la grada como con el juez de silla. La ATP le obligó a tratarse con un psicólogo para que la sanción no llegara a impedirle disputar torneos del circuito.

Kyrgios decidió, en febrero de 2017, no participar en el torneo de Rotterdam, para poder estar en el All Star Weekend de la NBA, que se disputaba en Nueva Orleans en esas fechas y donde pretendía jugar el duelo de 'celebrities'. El oceánico se quedó con las ganas porque no le incluyeron en la lista de invitados.

"Podríamos obligarle a cumplir con su compromiso, pero creemos que no tiene sentido si no va a estar al 100%", aseguraba el director del torneo, el ex tenista holandés Richard Krajicek. "Tomamos la decisión de no obligar al jugador después de ver su comportamiento en Shangái, donde pudimos comprobar que el tenis no cuenta para él".

Durante Roland Garros, segundo 'Grand Slam' del calendario, el 'aussie' fue sincero cuando analizó sus malos resultados en polvo de ladrillo: "Es que no me gusta jugar en tierra porque se me ensucia el calzado. Si el intercambio es largo, intento acortarlo como sea. Tampoco me entreno mucho en esta superficie porque mancha mis calcetines".

Kirgyos la lía en Shanghai

Otra vez en Shangái, en 2017, decidió abandonar, sin muestras de lesión, tras perder el primer set del partido que le enfrentaba con el estadounidense Steve Johnson. Se fue a los vestuarios y se marchó al hotel sin atender a los medios ni ver al médico del evento. Y es que el Masters 1.000 de la ciudad china saca lo peor del australiano.

Otro torneo que le 'encanta' es Queen's, donde la tradición y la clase de los asistentes contrasta con el paso fugaz de Kyrgios. En 2018, a Nick no se le ocurrió otra cosa que simular que se estaba masturbando con la botella de agua.

El gesto obsceno de Kyrgios que le ha costado 15.000 euros de multa

La semana pasada, en el mismo certamen, el jugador recibió tres sanciones. Dos en el partido con Carballés y una después ante Felix Auger Aliassime por encararse al juez de silla.

"Los árbitros no reciben ninguna advertencia ni ninguna multa, ¿Cuál es la diferencia? Cada vez que recibo una advertencia, me multan. Hay cientos de dólares en juego, no es una broma. Ellos creen que lo es porque no les pasa nada. No hay ninguna investigación ni nada. Creo que es ridículo. Es una basura. Tengo que hacer frente a árbitros idiotas y a esos idiotas de la multitud", indicaba.

Kyrgios deja su huella en Queens espiando el partido de al lado... en pleno descanso entre juegos

Se fue del recinto, eso sí, presumiendo de que había ganado un partido ante Carballés "jugando el día antes al FIFA hasta las tres de la mañana". En el enfrentamiento contra el granadino se le vio observando el partido de la pista de al lado, además de burlarse del sombrero que lucía el árbitro Fergus Murphy. "Lo que llevas es una broma y es ridículo porque no hace sol"

En el último US Open, mostraba una total desgana en su duelo con el francés Pierre Hugues Herbert hasta que el árbitro, Mohammed Lahyani, bajó de su silla para animarle a que lo hiciera mejor. Kyrgios acabó ganando pero esa acción le costó al juez no poder arbitrar durante la gira asiática.

¡Insólito! El juez de silla motivó a Kyrgios para que remontara su partido

Sus enfrentamientos con Nadal

La excesiva celebración de Kyrgios que molestó a Nadal: así retó al público

La presente temporada tiene un punto de inflexión para Kyrgios en Acapulco, donde llegó a confesar que "no sé cómo he ganado el título saliendo todos los días". El 'aussie' se encaró con Nadal, al que venció en los octavos. El balear se refirió a que su adversario faltaba al respeto al rival, al público y a sí mismo.

Nadal: "Kyrgios le falta al respeto al público, al rival y a sí mismo"

La respuesta llegó minutos después con contundencia: "No voy a respetar a alguien por pasar la pelota por encima de la red. Rafa no me conoce y no voy a escuchar lo que me diga. Cada uno es como es. Por ejemplo, él es muy lento a la hora de sacar y la regla dice que tienes que darte prisa y él traspasa la norma".

Se acordó de los aficionados que animaban a Nadal en tierras mexicanas hasta el último día. "¿Dónde están los fanáticos de Rafa? Hey, fanáticos de Rafa, ¿dónde estáis?", gritaba a la grada tras clasificarse para la final del Open 500.

Su culo como diana

En Roma, mostró repetidamente su trasero, a modo de diana, ante Daniil Medvedev. El ruso acabó tan desquiciado que perdió. Un día después se superó a sí mismo al ser descalificado por encararse con los aficionados. Rompió después una silla en mitad de la pista.

El partido más provocador de Kyrgios: dos pelotazos, la 'postura' del culo...

Un total de 131.970 euros en multas

Con los 15.000 euros que tuvo que pagar la semana pasada por los tres 'warning' en Queen's, Kyrgios acumula 131.970 euros en sanciones económicas a lo largo de su carrera. Todo empezó en el abuso verbal de Montreal 2015 contra Stan Wawrinka, por el que fue sancionado con 8.780 euros. Por dos veces, además de la multa, se ha visto obligado a devolver las ganancias en un torneo. Le pasó en el Masters 1.000 de Shangái, en 2017. Y repitió este año en Roma. Nunca antes había perdido tanto dinero en un certamen. Y es que devolvió 33.635 euros y tuvo que hacer frente a 17.859 más por su descalificación en la segunda ronda del cuadro principal ante el noruego Casper Ruud. Lo que pasa es que sus emolumentos, sólo en tenis, se elevan ya a más de seis millones de euros, sin contar contratos ni fijos de diferentes eventos sólo por participar.

Este lunes empieza Wimbledon, el torneo más estricto del planeta. Todos vestidos de blanco y donde la hierba es sagrada. Cualquier tipo de estropicio en la moqueta verde es fuertemente sancionado. Allí estará Nick. Falta saber con qué talante.