Son muchos los castillos y fortalezas que se encuentran a lo largo y ancho de la geografía española. Sobre todo, Castilla y León es una de las comunidades autónomas que más edificios bélicos tiene dentro de su amplio territorio.
Estas fortalezas nos llevan a un pasado donde dentro de ellas se libraban luchas por la defensa y conquista de territorios.
Con el paso del tiempo, estos edificios de carácter bélico se han convertido ya en monumentos que reflejan y explican un pasado diferente. Algunos se mantienen en un buen estado, permitiendo la visita de aquellos que lo visitan. Otros, sin embargo, se encuentran en situación ruinosa a la espera de que el paso del tiempo los acabe por tirar del todo, pero hay un pequeño reducto de estas fortalezas que se han sabido transformar para ser edificios dedicados al hospedaje de las personas.
Uno de estos ejemplos es el Castillo de Curiel, en Valladolid. De esta fortaleza se tienen registros desde el siglo XI, y ha sido muy importante para muchos monarcas. Este lugar ha sido propiedad de reyes castellano y leoneses como Alfonso VII, Alfonso VIII, Alfonso IX, Fernando III “El Santo”, Alfonso X "El Sabio", Sancho IV "El Bravo", Alfonso XI, Pedro I "El Cruel", Enrique II de Trastámara, etc.
Una fortaleza imponente en lo alto de un cerro
Fue una fortaleza importante en la reconquista al Islam del valle del Duero y la repoblación del mismo desde los siglos IX al XI. La importancia de este castillo recae en que se encuentra en un cerro elevado a 927 metros de altura.
La novedad es que, en la actualidad, se ha construido un auténtico complejo hotelero, que incluye 23 habitaciones y suites, salones, restaurante, comedores para banquetes, salas de conferencias, salas de música, piscina y solarium en las almenas.
El hotel se llama Residencia Real Castillo de Curiel y es de cuatro estrellas, costando la habitación unos 80 euros la noche.
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