El Papa pudo morir en el hospital Gemelli. El médico encargado de atender al pontífice, Sergio Alfieri, no ha puesto paños calientes sobre la situación en la que Francisco se encontraba durante su ingreso, el pasado 14 de febrero. "Él sabía que podía morir", ha relatado el galeno en una entrevista al Corriere della Sera. De hecho, el propio Alfieri ha reconocido que el propio equipo médico asumía que quizá no podría salvar su vida.
La decisión crítica de los médicos
Sergio Alfieri ha recordado un momento especialmente duro de la hospitalización del papa Francisco. "Tuvimos que elegir entre parar y dejarlo ir o probar con todos los medicamentos y terapias posibles. El riesgo era muy alto", ha comentado. Según ha detallado, el tratamiento pudo haber dañado los riñones y la médula ósea. "Pero continuamos y la infección pulmonar disminuyó", ha añadido en declaraciones al citado medio italiano.
Un duro 28 de febrero
El ingreso duró 37 días y algunos de ellos fueron especialmente complicados. El médico del papa en el hospital Gemelli recuerda uno de ellos, el 28 de febrero. Ese día, el papa Francisco sufrió un broncoespasmo. "Por primera vez vi lágrimas en los ojos de algunas personas a su alrededor. Él mismo dijo 'esto es malo'". Todos sabíamos que la situación había empeorado aún más y que existía el riesgo de que no lo lográramos", ha confesado Sergio Alfieri.
El humor y la pizza
El médico del papa Francisco, al margen de momentos duros, también ha recordado algunos instantes emotivos y que demuestran la fortaleza del pontífice durante el ingreso hospitalario. Alfieri ha comentado que en una ocasión él saludó al pontífice con la expresión "Buenos días, Santo Padre" y él respondió con humor: "Buenos días, Santo Hijo". Paulatinamente, Francisco dio vueltas por la habitación e incluso de ella varias veces.
"Siempre estaba informado de lo que ocurría y siempre reaccionaba con su ironía habitual", ha afirmado. En una ocasión, el Papa tuvo detalles con los trabajadores que le atendían e instó a uno de sus colaboradores a comprar pizza para todos. Francisco nunca perdió las ganas de vivir. "Además de un corazón muy fuerte, tiene recursos increíbles", ha explicado el médico del hospital Gemelli.
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