Manolo Lama: "Soy buen pinche de cocina, pero con los fogones no me atrevo"

El locutor deportivo Manolo Lama, narrador de los partidos del Real Madrid y de la selección nacional de la Cadena COPE, pone voz a 'Pase, gol, ¡devolución!', la nueva campaña de Just Eat.

La campaña de Just Eat consiste en que durante los días de partido de la Champions League, al hacer un pedido, los s podrán elegir uno de los encuentros que se celebran ese día y se les asignará un minuto de forma aleatoria. Si se marca un gol en el partido seleccionado y minuto asignado, la plataforma les devolverá el dinero de su pedido.

¿En qué consiste la campaña 'Pase, gol, ¡devolución!' de Just Eat a la que pone voz?

Es una campaña atrevida que quiere relacionar el buen rollo que suele haber en las casas entre los colegas cuando ven el fútbol con el jamar, que yo creo que es lo que más mola. Cuando uno se pone delante de la televisión y ve al equipo de sus amores, o le entran muchas ganas y ansiedad por comer o no le gusta la comida pero por fastidiar a su amigo se la quita. Yo creo que Just Eat lo que ha conseguido ha sido enganchar fútbol, Champions, comida y colegas. Eso siempre da buen rollo, que es lo que ofrece Just Eat, y tiene una campaña que mola que es 'Pase, gol, ¡devolución!', que es que uno elige un partido, aleatoriamente recibe un número, y si ese número coincide con que en ese minuto hay un gol de cualquiera de los dos equipos, le devuelven la pasta, así que el partido de la Champions le sale cojonudo, le sale gratis.

¿Tardó mucho en aceptar la propuesta de Just Eat?

No, porque yo todo lo que tenga que ver con fútbol, Champions y buen rollo me gusta. Y esta campaña de Just Eat reúne todo. Cuanto estaba haciendo la campaña, cerraba los ojos y me imaginaba viendo un partido de la Champions en un sofá como este, un pedazo de pantalla como esa, con mis auriculares, pidiendo la comida a Just Eat y picándome con mis colegas, que yo creo que es lo que mola.

Qué es más fácil, ¿poner voz a una campaña publicitaria o narrar un partido de fútbol?

Para mí es más fácil retransmitir un partido, porque cuando retransmites un partido de fútbol no te puedes equivocar; y si te equivocas, tienes que tirar hacia delante, los errores no se corrigen. Un partido de fútbol es improvisación pura, porque no hay guion, no sabes qué va a pasar y tienes que narrar lo que ves. En cambio, en una campaña de publicidad, siempre están con el martillo de 'sube un poquito el tono, gira la letra, abre la o, mete un poquito más de fuerza a la erre'. Siempre quieren darle su punto y para eso me pagan. Yo pongo mi voz y me pongo a sus órdenes para que me digan lo que quieren.

La voz es su herramienta de trabajo, ¿la cuida de alguna forma?

Bueno, yo creo que la voz se tiene o no se tiene, pero yo no soy un loco de cuidar la voz porque tengo una teoría que es que yo, como cualquier persona, me acatarro, me quedo afónico, me quedo ronco, hay días que estoy cojonudo, hay días que estoy cojonudo pero menos, hay días que estoy pletórico... Sí es verdad que la voz, cuanto más duermas, más descanses la propia voz y más agua bebas, mejor. Y antes de un partido no se puede cometer imprudencias como meterte un kilo de pipas con sal o un kilo de aceitunas porque se te pone la lengua gorda y te cuesta hasta vocalizar.

Lleva ya más de cuatro décadas en la profesión, ¿cuál ha sido el gol que más ilusión le ha hecho narrar durante una retransmisión?

Todo el mundo dice el de Iniesta en la final de Sudáfrica, pero yo no. Yo, el momento más llamativo, más bonito, fue cuando eliminamos a Italia en la Eurocopa de 2008 por penaltis. Aquella tanda de penaltis para mí fue maravillosa, porque fue el apagón de la desgracia del fútbol español y el encendido de la chispa de la alegría de nuestro balompié. Eliminamos a Italia, que era nuestra bestia negra, en cuartos, en penaltis, y a partir de aquello Eurocopa, Mundial, Eurocopa... Yo creo que aquello prendió la mecha del optimismo del chaval joven, que estaba acostumbrado a que España no ganara nunca nada y, de repente, vino una generación de deportistas, no sólo de futbolistas, que fue una locura y que acuñó la famosa frase de 'soy español, ¿a qué quieres que te gane?'. Yo creo que viene de aquella tanda de penaltis.

El pasado 26 de enero cantó, no como periodista, sino como padre, el primer gol de su hijo en el fútbol profesional.

Ese gol, evidentemente, lo viví como un padre. Y sé el sacrificio que ha tenido que hacer mi hijo, los obstáculos que ha tenido que salvar con dos lesiones bastante graves cuando era muy joven, lo que ha luchado, lo que ha peleado y, luego, lo que siempre digo, la condena que tiene por llevar el apellido que lleva, porque en este país la gente piensa que esto del enchufe y las recomendaciones está en todos los estamentos de la sociedad y no es verdad. Mi hijo se apellida Lama, pero no juega al fútbol porque se apellide Lama, sino que juega al fútbol porque reúne unas condiciones que directores deportivos y entrenadores consideran que puede jugar. Yo siempre digo que si se jugara por el apellido, me imagino que los hijos de Joan Laporta, de Florentino Pérez y de Enrique Cerezo serían titulares en el Barcelona, en el Real Madrid o en el Atlético y no lo son. Él se lo ha ganado y yo, como padre, me siento orgulloso, pero no de que meta un gol, sino de que él haya luchado, haya peleado, para poder abrirse un hueco en el fútbol profesional.

¿Qué consejo, como padre, le da habitualmente a su hijo?

Yo siempre le digo que en la vida, ya no hablo del deporte, en la vida, no se pueden depositar todos los huevos en la misma cesta. No, porque se te cae la cesta y se te rompen todos los huevos, y no sabes qué hacer. Yo creo que hay que repartir los huevos en diferentes cestas. Entonces, yo le digo que tiene que buscarse una salida de futuro, a largo plazo, que como no es mal estudiante haga una carrera y la tenga ahí, guardada en un cajón. Siempre le digo que hay que luchar por lo que uno sueña, pero que no hay que olvidar que los sueños no siempre se cumplen.

¿Y alguna vez le ha dicho cómo tiene que jugar?

Le doy pocos consejos porque, primero, no me hace ni puto caso. Y segundo, porque para eso están los entrenadores y los compañeros. Evidentemente, cuando hablo con él, me pregunta algunas cosas y le doy mi opinión, pero yo no le llamo para decirle cómo tiene que jugar. Para eso están los entrenadores, que para eso les pagan y para eso se trabajan los partidos. 

Y como periodista, ¿le ha dado algún consejo a la hora de tratar con los medios de comunicación?

Yo siempre le digo que con la prensa sea sincero, que sea agradable, que no sea borde, y que siempre atienda a la prensa. Yo creo que la piensa es un mal, entre comillas, necesario, y los periodistas somos los altavoces que necesitan los aficionados para saber qué ocurre en los vestuarios. No voy a decir que nos deban mucho los jugadores, pero les ayudamos a que su imagen se proyecte. Entonces, mi hijo juega en el Granada y mi hijo tiene una imagen en el Granada, así que yo le digo que respete mucho al aficionado, que es el que mantiene este negocio, y que cuide a la prensa, porque la prensa es el altavoz de este negocio y hay que respetarla. Y, bueno, hasta el momento me ha hecho caso, algún día no me hará caso, pero creo que trata bien a los periodistas.

Volviendo a los goles, ¿cuál es el que hubiera deseado no tener que narrar?

Cuando hay una eliminación de España en alguna competición me da pena. O cuando algún equipo español pierde en la Champions o en la Europa League me siento apenado. O si narro un partido donde hay un equipo que necesita ganar para mantenerse en Primera y pierde, me da pena porque vivo la tristeza, el llanto y la desolación de ese equipo y de su afición. No digo si hay dos equipos que se la juegan entre ellos, digo sin hay un equipo que necesita ganar y el otro equipo no se juega nada y gana. El periodista ante todo es persona y es empático con la gente que sufre.

Vamos a hablar de gastronomía y de comida en vez de fútbol y de goles. ¿Cocina Manolo Lama?

La verdad es que muy poquito porque apenas tengo tiempo. Me gustaría cocinar, aunque soy buen pinche. Pinche de cocina soy bueno. Yo estoy para ayudar: quito platos, friego platos, pongo platos, coloco que esto aquí... Pero con los fogones no me atrevo.

Cocina muy poquito, pero cocina. ¿Cuál diría que es su plato estrella?

Sé freír dos huevos fritos con patatas, sé hacer una tortilla... Yo soy muy cordobés y mis comidas favoritas son el salmorejo, los flamenquines, el rabo de toro, la ensaladilla rusa me gusta mucho, el cocido me vuelve loco, pero hacer esos platos lo veo muy difícil.

¿Hay alguna comida que deteste y que no pueda ni ver?

Me gusta todo, yo soy un tío raro que me suele gustar todo. Además, yo creo que esto viene dado un poco por los viajes. Si viajas a Europa da igual, pero cuando viajas a Asia o África tienes que comer lo que hay allí. Yo no le pongo nunca pegas a la comida. Yo siempre digo lo de 'donde vayas, haz lo que veas'. Entonces, si la gente come lo que hay encima de la mesa, yo también como.

Retrocedamos cinco décadas en el tiempo, cuando usted era un niño, ¿qué comida estaba deseando que cocinara su madre?

Ensaladilla rusa. Era el plato que en aquella época era como el plato festivo. Y, luego, mi madre que era cordobesa y era cocinera, buena cocinera, cuando se deleitaba con un plato de Córdoba como rabo de toro, salmorejo, gazpacho... Bueno, mi madre, por ejemplo, me enseñó a beberme el gazpacho no como un primer plato, sino como un vaso de agua. En mi casa había una olla de gazpacho que podía tener cinco o seis litros y, en vez de ir al grifo y beber agua, bebíamos gazpacho. Yo podía tomar al día de litro y medio a dos litros de gazpacho, mínimo.

¿Y en esa misma época había alguna comida que estaba deseando que no hiciera su madre?

He dicho antes que me gustaba todo, pero sí recuerdo que hubo una época que se puso de moda en España comer hígado a la plancha o hígado frito y, joder, ahí las pasaba canutas, me lo comía porque cualquiera decía a mi madre que no, pero realmente las pasaba canutas. Me acuerdo que mojaba mucho el pan en el aceite y me metía un trozo de hígado frito y pan, un trozo de hígado frito y pan. Y ahora, en cambio, me gusta el hígado frito.

Cuando piden comida a domicilio, ¿qué tipo de comida suelen pedir?

Mis hijas, mi hijo y mi mujer son mucho de pedir comida japonesa, mucha hamburguesa y mucha pizza. Normalmente, a mí ni me preguntan, me lo ponen encima de la mesa y yo me lo tengo que comer. Fajitas con guacamole y cosas de estas modernas, que me las como porque me gustan, pero a mí, que soy un antiguo, no se me ocurriría pedir unas fajitas, sino que yo pediría un cocido.

¿Quién es para Manolo Lama el mejor 'chef', el mejor dirigente, del fútbol?

Florentino Pérez y Miguel Ángel Gil Marín ahora mismo son dos de los muy buenos gestores que hay en el fútbol español.

¿El mejor 'metre', el mejor entrenador?

Hansi Flick, Carlo Ancelotti y Diego Pablo Simeone serían los de estrellas Michelin, pero en España tenemos unos entrenadores antológicos. Fuera tenemos a Unai Emery, a Pep Guardiola y a Mikel Arteta. En Primera división tenemos a José Bordalás, que con todo lo que le critican, a mí me parece un entrenador como la copa de un pino; Iván Ania, en el Córdoba, me parece buenísimo; Fran Escribá, en el Granada, me parece buen entrenador. Es que hay tantos buenos entrenadores españoles, que es para quitarse el sombrero con muchos de ellos.

¿El mejor 'sumiller', el futbolista más diferencial?

Pedri es el gran 'catador' porque es el tío que más entiende de fútbol. Para mí es el futbolista con más talento que tenemos en España ahora mismo.

¿Y el mejor 'aparcacoches', el jugador que hace el trabajo menos vistoso pero es imprescindible?

Hay muchos, pero por ejemplo el Real Madrid, sin Fede Valverde, no funcionaría; el Atlético de Madrid, sin Pablo Barrios, no sería el Atleti; el Barcelona, a lo mejor sin Marc Casadó, no sería el Barça; y así podría ir equipo por equipo.

¿A qué futbolista le daría tres estrellas Michelin, a quién dos y a quién una?

Yo, el mejor jugador que he visto ha sido Leo Messi. Y es el mejor porque lo hacía los miércoles, los domingos, los miércoles, los domingos, una semana, un mes, un año, un lustro, diez años y lo sigue haciendo. El más bonito de ver, y le daría una estrella Michelin que a lo mejor se la quitaría la semana que viene sería Diego Armando Maradona, porque Maradona hacía cosas que yo no se las he visto hacer absolutamente a nadie, pero el problema que tenía Maradona es que las hacía un domingo y hasta dos semanas después a lo mejor no hacía nada. Y, luego, si uno quiere comer bien y ahí le aseguran que va a comer bien siempre, Cristiano Ronaldo, porque Cristiano era gol, gol, gol, con el culo, con la cabeza, con el hombro, con la pierna izquierda, con la pierna derecha, de penalti, de falta... Ahí uno comía bien seguro, era un seguro de vida. Esos son los tres futbolistas a los que les daría las estrellas Michelin.

La opinión de Manolo Lama sobre García, De la Morena...

Lleva más de cuatro décadas en la profesión, ¿hasta cuándo vamos a escuchar a Manolo Lama?

Siempre digo lo mismo, que en esta profesión no sé si te jubilan o te jubilas o te echan. Yo, de momento, me veo con carrete, lo que pasa que esta profesión es como el fútbol, que de repente llega uno como un avión y te quita el sitio, lo que pasa que yo siempre digo que el que me quiera quitar el sitio va a tener que pelear. Yo me encuentro con fuerzas, con ganas y con ilusión. Yo tengo la teoría de que al periodista que se levanta con ilusión de luchar cada día por hacer el mejor programa, la mejor narración, hay que roerlo para sacarlo. A mí, de momento, hay que roerme.