Cerca de un centenar de personas ha sido desalojados la pasada madrugada de un chalet de la localidad toledana de Seseña donde se celebraba una fiesta de Halloween en la que prácticamente se incumplía todo el catálogo de medidas de seguridad y restricciones por la pandemia del coronavirus. Todos los asistentes han sido identificados y denunciados por infracciones como quebrantamiento de estado de alarma, posesión de sustancias prohibidas, incumplimiento de uso de mascarilla, quebrantamiento de confinamiento perimetral, distancias de seguidad, limitación de aforo, de participantes en reuniones...
Algunos asistentes se escondieron donde pudieron, sin mucho acierto...
La colaboración de los asistentes con las fuerzas policiales, formadas por policía local y Guardia Civil fue mínima, pues tuvieron en algunos casos que buscarlos por rincones y dependencias del chalet en cuestión. Los asistentes procedían sobre todo de municipios del sur de Madrid y de las proximidades de Seseña. También se ha denunciado a los organizadores de la fiesta, para la que además se había dispuesto un equipo profesional de música, con un DJ.
El Ayuntamiento de Seseña ha condenado estas actuaciones "opuestas a un autoconfinamiento inteligente, poniendo en peligro la salud de los ciudadanos y favoreciendo el contagio comunitario". Según informa ABC, se llegaron a pagar 600 euros por acceder a la fiesta, y algunos asistentes se pasearon borrachos por el municipio.
*Salvando distancias y mirando el lado cómico del asunto (si es que tiene alguno), la intervención policial en la lamentable fiesta recuerda a la escena de 'La Vida de Brian' en la que los romanos registran una casa en busca del protagonista.
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