Ana Obregón recuperó en cierta medida la felicidad tras el nacimiento de su nieta Ana Sandra y, desde entonces, se entrega en cuerpo y alma a satisfacer las necesidades de la pequeña. No obstante, también dedica el poco tiempo que tiene a seguir cumpliendo las últimas voluntades que dejó su hijo Aless antes de morir cómo recaudar dinero para la fundación o continuar con su faceta como escritora.
Ahora, la bióloga ha querido conceder una entrevista a la revista ¡Hola!, con el objetivo de contar cómo ha sido su verano y desvelar cómo se siente en este momento. “Vivo la vida de color de rosa de día y las noches siguen siendo muy negras, muy oscuras, sí. Eso nadie me lo puede quitar, será así para el resto de mi vida”, arrancaba diciendo Ana.
Ana confiesa que sigue teniendo mucho miedo
Tras ello, la actriz ha confesado que sigue teniendo mucho miedo. “Antes, cuando Aless era niño y tenía fiebre pues yo decía no pasa nada, un antitérmico y ya está. Ahora tengo muchos miedos, pero es humano y lógico, porque yo tenía un hijo sanísimo y de repente me dicen que tiene un cáncer de diez centímetros. Entonces, tengo muchísimo miedo, es horrible, y no lo puedo superar por mucho que quiera", declaraba.
A continuación, la presentadora ha reflejado el amor inmenso que siente hacia su nieta. "La primera palabra que dijo fue papá. A mí me llama mamá, pero es lógico. No le voy a decir con 17 meses 'no soy tu mamá'. Me defino como la abuela-mamá de Anita y cuando ella tenga uso de razón se lo contaré", contaba visiblemente emocionada.
Finalmente, Ana Obregón ha explicado que está totalmente volcada en la educación de Ana Sandra, algo que no pudo hacer de continuo con Aless por culpa de los compromisos profesionales. “Yo con mi hijo no tenía tiempo de enseñarle. Y es muy importante. Ahora me hago consciente de todo lo que me he perdido con Aless. En su momento yo sufría porque recuerdo que me iba a trabajar llorando", ha concluido.
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