Llamativa noticia la que nos llega desde Roma. Un heladero ha visitado junto a su familia al Papa Francisco. Todo ello mucho antes de que su salud empeorara. Este encuentro con el pontífice iba a cambiar la vida de uno de los hijos del heladero por completo.
Jorge Bustos y Pilar Cisneros, presentadores de 'Mediodía COPE', que se encuentran en Roma para informar y actualizar cómo se encuentra el Papa, han descubierto esta historia que tiene de protagonistas al heladero Sebastián Padrón, su mujer, Silvia, y a sus dos hijos, Maite y Luca.
Sebastián Padrón, un heladero al servicio del Papa Francisco
Sebastían Padrón es un argentino de 52 años que tiene una heladería en la Vía Gregorio VII nº38, a unos 600-700 metros de la Plaza de San Pedro del Vaticano, que se llama 'Gelateria Artiginale Padrón'.
Sebastián cuenta que al Papa le gustaban mucho los helados y un día decidió llevarle 4 kilos, llegando hasta Santa Marta, pidiendo permiso para poder entregárselos, algo que logró tras dárselo un gendarme al propio pontífice.
A partir de ahí su vida cambió por completo, ya que empezaron a ir a su heladería gente del Vaticano, revelando Sebastián lo que decía el Papa: “¿Quieren comer helado? Vayan a lo de Sebastián”.
Una carta del Papa Francisco y una bendición que cambió la vida a Padrón
En dicha heladería se esconde una carta en un cuadrito con un marco rosa del Papa escrita por él en 2018: “Santa Marta, 24 de noviembre de 2018. A Sebastián Padrón, un cordial saludo y muchas gracias por su atención. Por favor, no se olvide de rezar por mí. Que Dios le bendiga y la Virgen Santa lo cuide. Fraternalmente, Francisco”.
Este escrito se lo llevó el padre Silvio, un cura argentino que fue a Roma para ver al Papa y antes de ir a ver al pontífice, pasó por la heladería del argentino, llevándole un kilo de helados. Al día siguiente Silvio regresó con esa carta y también con una medalla de la Virgen, un rosario y más detalles. Además, también recibió una Bendición apostólica del pontífice que está en la pared de su establecimiento.
No todo queda aquí, ya que también cambió su vida por completo. En 2020 recibió una llamada del Vaticano, diciendo que el pontífice quería hablar con él y que le quería conocer en su residencia de Santa Marta, algo que iba a ser realidad.
En esta visita, Luca, el hijo de Padrón, tenía 3 años cuando conoció al Papa Francisco y tenía unos problemas que provocaban que el pequeño no pudiese caminar solo. Su mujer, Silvia, le pidió al pontífice que le diera la bendición y tan solo 48 horas después de visitarle, el pequeño iba a poder andar por sí solo, algo inédito.
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