'First Dates', el programa de citas más famoso del mundo de la televisión, ha vuelto un día más a la programación de Cuatro y el resultado ha sido nuevos encuentros cargados de amor y originalidad. Una de las citas más destacadas ha sido la de David y Leo, quienes no se han gustado, pero han terminado cuajando muy bien como amigos.
David es un chico que siempre se ha sentido el centro de atención en sus relaciones. Le encanta el mundo de la belleza y la moda y se considera una auténtica diva. Asegura que en el amor le ha ido bien aunque ahora no tenga pareja: “la chica sabía de mi existencia, era un baile muy bueno entre los tres hasta que él se tuvo que mudar del país”.
Quiere encontrar el amor y explica que aunque aparente ser una cabra loca tiene sus creencias: “aunque me vean emperifollado no significa que no tenga mis creencias”. Por su parte, Leo ama los ovnis “para mí, Dios es un alíen” y en su cabeza hay una conexión entre religión y ciencia: “no hay un único Big Bang”.
Leo: “El meneo del mondongo”
A primera vista, David ha considerado que no era su tipo y que era muy normal. Sin embargo, a Leo le ha gustado bastante: “a primera vista, genial, 20 puntos”. Lo que más ha predominado en su cena es el tema sexual, donde no han combinado, pero se han sentido cómodos.
Leo le ha dicho que le gustaría probar los roles sexuales, pero David ya pasó esa etapa “ya superé eso”. A él le excita el vello corporal: “se me hace la boca agua pensando en los vellos corporales… en las axilas me pone a mil”. A Leo el pelo no le gusta, de hecho, lo odia: “soy un poco depravado, voy al gimnasio solo por eso”.
Los dos se han dado un besito, lo cual ha confirmado que no se gustaban. No obstante, han seguido hablando de sexo, lo que ha provocado una confesión que ha dejado impactado a David. “Una de mis especialidades es el turbo, el cambio de velocidad, y luego el meneo del mondongo, experimentar con el movimiento, no va a ser todo dentro, fuera, dentro, fuera”, contaba Leo, dejando atónito a su cita.
El tamaño, uno de los temas en otra de las citas
Emilio y Paula, ambos veinteañeros, acabaron su cita lanzándose críticas. Todo empezó con la falta de interés de Paula en el baloncesto, pasando por sus comentarios sobre las habilidades en la cama de Emilio.
La cosa se puso intensa cuando ella soltó un comentario sobre el tamaño de cierta anatomía, dejando a Emilio desconcertado. Al final, decidieron no tener una segunda cita, con Emilio expresando su descontento por la dirección que tomó la conversación hacia lo sexual
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