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Julio se ha presentado en First Dates con una pequeña lesión en su tobillo, pero dispuesto a abrir el corazón a su cita. Por la puerta del restaurante más famoso del mundo ha entrado Naomí, que le ha entrado por el ojo a primera vista. “El chaval es mono, pero habrá que estudiarlo, no todo es fachada”, ha sentenciado. Entre ambos, las bromas han llegado desde el primer momento: “Estudio óptica, el tobillo no te lo puedo solucionar, pero la vista sí”, le ha comentado ella.
El soltero estaba encantado con su cita y la madurez que ha demostrado en el poco tiempo que llevaban juntos: “Mejor una chica que sepa que va a hacer y tengas las cosas claras que alguien que no sabe qué hacer con su vida”. Las primeras diferencias entre ellos han llegado con la negativa de Julio a viajar: “Es muy vago, pero los viajes implican organización”, ha indicado Naomí.
Cuando ha llegado el momento de indagar en el pasado de ambos, Julio ha preferido omitir alguna cosa tirando de picardía. “Yo tenía una relación, pero no era nada serio”, ha comenzado explicando, pero luego en solitario ha confesado la verdad: “Era una relación abierta, pero ninguno de los dos lo sabíamos”, ha matizado bromeando.
Mientras, Naomí continuaba sin apartar la mirada de su cita que para ella “era muy bonita”. Julio le ha preguntado en que se fija de un chico y la soltera le ha confesado que en “la forma de los ojos y las manos”, algo que ha impresionado al soltero.
La decisión final
La química entre ambos ha sido palpable desde el primer minuto de la cita, así que la decisión parecía un secreto a voces. Julio no ha dudado en darle una segunda cita a Naomí porque “es una chica estupenda”, mientras que la soltera ha replicado la opinión de su cita. Dos besos de despedida con sabor a un hasta pronto han terminado cerrando una cita que ha ido perfecta.
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