La aventura en 'Supervivientes' de Zayra Gutiérrez se acabó demasiado pronto. La hija de Guti y Arantxa de Benito no pudo soportar el dolor de la lesión y los médicos del concurso le instaron a abandonar. La televisiva se fue triste por su breve paso, pero en casa ya le estaban esperando su hijo y su pareja. Zayra espera volver el año que viene en la próxima edición, pero para entonces aún queda tiempo.
Ya de vuelta en España, la exconcursante ha repasado los avances de su dolencia: “Tengo una hernia discal. La última opción es hacerme una operación, pero espero que no sea necesario. Ojalá pueda tener la oportunidad de regresar el año que viene”. La joven se había aclimatado muy bien a las condiciones de Honduras y parecía una de las participantes más cómodas con el entorno y la dinámica de 'Supervivientes'.
El haber dicho adiós a la isla también tiene sus puntos a favor. Gutiérrez podrá estar con su pequeño después de dos semanas separados. Zayra tenía el temor de que “no me reconociese”, pero al llegar a casa ha vuelto a recordar que “ser madre es lo mejor que me ha pasado y no lo cambiaría por nada”. Además, comenta que no tendría dudas a la hora de tener más hijos.
La relación de Guti y Arantxa de Benito en su infancia
La exconcursante de 'Supervivientes' también ha relatado algunos momentos de su infancia y cómo le afectó la separación de sus padres cuando ella sólo era una cría. “En mi adolescencia no lo pasé bien, soy muy sensible, las cosas me afectan. Fui rebelde porque era un culo inquieto”, asegura.
Aunque confirma que “he tenido que ir al psicólogo para reforzarse”, la televisiva no cree que sus problemas fueran responsabilidad de sus padres, sino todo lo contrario: “No lo pasé mal porque ni mi padre ni mi madre me lo han hecho pasar mal, al revés”. Eso sí, Zayra Gutiérrez recuerda que le afectó el divorcio porque “me hubiese encantado verlos juntos toda la vida”.
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