Valentín, un hostelero de 71 años de Vinaroz, llegó a 'First Dates' con su guitarra bajo el brazo, ya que siempre le acompaña allá donde va, y la esperanza de encontrar a una mujer que compartiera su pasión por la música.
Durante su presentación, el hombre, que lleva más de media vida cantando por las calles de España, aseguró que cantar es su mayor placer. "Es una droga para mí", afirmó, antes de tocar un tema que animó al equipo del programa a arrancarse por bulerías, definiéndose a sí mismo como un cantaor romántico.
Su cita era Loli, una peluquera valenciana de 69 años, que entró al restaurante llena de expectativas. Sin embargo, desde el principio, Valentín no dio la mejor impresión. Al estar más pendiente de hablar con los camareros que de la llegada de Loli, ella comentó con humor: "No se ha enterado ni de que he llegado". Además, su aspecto físico no era lo que ella esperaba. "Esos pelos… no sé, ya veremos por dónde sale", dijo.
Un 'No' que se veía venir a leguas
Durante la cena, la situación no mejoró. Valentín, además de hablar sin parar, se dedicó a tomar fotos de todo el restaurante como si fuera un turista en un museo. "Le gusta hacer fotos a todo, no está quieto", dijo Loli, algo molesta. El colmo llegó cuando empezó a fotografiarla a ella mientras comía. "Espérate a que trague la comida", le pidió ella con humor.
A pesar de algunos momentos divertidos, Loli no se sintió atraída por Valentín. "Si llevo esto a mi casa, mi hija me tira por la ventana", bromeó frente a las cámaras. Finalmente, ambos coincidieron en que no había química y se despidieron sin la menor intención de volver a verse. "Me he divertido mucho, pero como pareja no me ha entrado, más bien un amigo para divertirse", sentenció ella.
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