- FIFA Street. La samba de Ronaldinho, la clase de Zidane y la picaresca de Raúl encontraron su hogar en FIFA Street, un clásico de los videojuegos
- PES. El mejor jugador de la historia no es Messi, Cristiano o Maradona, en realidad era Castolo
Hubo un tiempo en que los videojuegos eran mucho más sencillos y mucho más humildes. Los 16 bits gobernaban el mundo y, a grandes rasgos, los gráficos eran poco más que una anécdota. Al menos si lo vemos desde la perspectiva habitual, pues cada salto tecnológico era como una Odisea en el espacio. Era, como se decía por aquel entonces, el no va más. Lo curioso es que muchos de nosotros lo vivimos años después.
Cuando Street Hoop llegó al mercado yo era poco más que un niño en pañales que iba a gatas por toda la casa. No supe de él hasta años después gracias a un ente prehistórico que hoy recuerdo con gran cariño: las recreativas y los ciber. De estas últimas, solo hay unas cuantas en grandes ciudades, mientras que los segundos son poco más que una reliquia de la que apenas conservamos recuerdos. No obstante, marcaron a toda una generación.
Street Hoop, una leyenda de las recreativas
En ese sentido, es muy posible que muchos de vosotros recordéis otros grandes juegos, como ejemplo, House of the Dead. Es uno de los más famosos. Tanto es así que hasta tiene su propia remasterización. El que permanece algo más olvidado es ese Street Hoop, aunque estoy seguro de que muchos de vosotros lo habréis probado en algún momento de vuestra vida. Si no os suena, tal vez sea porque lo conocisteis por su otro nombre, Street Slam.
Originalmente publicado en 1995, era una suerte de secuela de otro clásico, Hoops 96. En Japón lo conocían como Dunk Dream 95, mientras que en estados unidos era Hoop a secas. El caso es que Street Hoop pegó fuerte. Muy fuerte. Durante meses, o años, fuimos decenas los niños que nos enganchamos a la máquina recreativa para convertirnos en el mejor jugador de basket callejero de todos los tiempos. Hubo quienes, inclusive, lo hicieron en Nintendo Wii allá en 2010.
El caso es que fue uno de los primeros arcades a los que muchos nos viciamos de verdad. Al menos cuando citamos al deporte como eje principal. Y eso que, en realidad, era muy simple, ya que eran partidos de 3 vs. 3 en donde los jugadores no tenían ni nombre. Simple y llanamente, recreaban los tópicos más frecuentes del baloncesto estadounidense, lo llevaban a la calle y le agregaban jugabas muy locas para hacerlo llamativo.
Pese a ello, molaba mucho. Pero, ¿cómo era? Seguramente muchos de vosotros no recordéis que en la versión europea podíamos enfrentarnos con una selección (España, por ejemplo) a equipos de todo el mundo en partidos de tres contra tres con tiempo límite y una sola regla: todo vale. Para ello teníamos que superar de cualquier manera a los rivales, y eso incluía, por supuesto, dar codazos para robar el balón.
Lo interesante es que, a medida que jugabas y enlazabas buenas jugadas, ibas sumando puntos para hacer un supertiro... Y ahí es cuando nos entraban las dudas. Con la barra llena, era imposible fallar, por lo que la lógica nos decía que tirar de triple siempre era lo mejor. Era muy bonito, puesto que la animación era la de un balón que trazaba una parábola perfecta mientras surcaba el cielo en llamas. Sin más, era espectacular, pero no tanto como los mates.
Cada vez que usabas un mate con la barra al máximo te creías Michael Jordan en Space Jam y te venías arriba gritando locuras como que eras el mejor jugador del mundo. Por supuesto, si había algún amigo alrededor viéndote jugar, la vacilada de turno era casi obligatoria. Eran otros tiempos y, en estos, el presencial lo era todo... Porque el online no existía. Por eso hoy día recordamos con tanto cariño juegos como Street Hoop.
Y es que en realidad no tenía nada. Cada equipo tenía 4 únicas características (tiro de 3, mate, velocidad y defensa) y, entre estas, se repartían 18 puntos. Cada grupo de tres tenía sus propias virtudes y desventajas, habiendo conjuntos muy especializados y otros más equilibrados. Pese a ello, era realmente divertido, porque podías cambiar de tiro en el aire, hacer equilibrismos mientras surcabas el cielo o, simple y llanamente, creerte una auténtica superestrella por haber vencido a otros tres chavales que, al igual que tú, en realidad no tenían ni idea de lo que estaban haciendo.
Pese a ello, era muy divertido. Lo bueno es que no somos los únicos que nos acordamos de él, pues hoy día podemos disfrutar de él en distintas consolas mediante los Aca NEOGEO, una suerte de reminiscencias del pasado que recuperan títulos emblemáticos en pleno siglo XXI mediante ports muy sencillos que podemos ver en Nintendo Switch, Xbox, etc.