- Juegos. Si ligar con palomas o tostadoras te parecía raro, eso es que no conoces a Cthulhu y Sucker for Love
- Juegos. El Gobierno de España lanza un reto inesperado: crea tu propio videojuego sobre Franco y gana 1500 euros
Muchos de nosotros aprendimos el significado de la palabra «desafío» gracias —o por culpa, según se quiera ver— a videojuegos como Commandos.
Desarrollado por Pyro Studios, nos demostró que la dificultad podía ser tan gratificante como ir al videoclub un viernes por la tarde junto a tu padre para alquilar un par de DVD (o juegos, en nuestro caso) para el fin de semana.
De origen español, marcó un auténtico antes y después en la industria, siendo uno de esos clásicos atemporales que permanece en la memoria de un buen puñado de nostálgicos junto a otros grandes títulos como los primeros PC Fútbol o el mítico Hollywood Monster.
Por desgracia, en la mayoría de casos hablamos de poco más que un recuerdo. Ya sea por el malogrado PC Fútbol 8, o la ausencia de una secuela de HM, llevamos mucho tiempo sin saber nada de ellos. Por suerte, con Commandos la historia es diferente.
El pasado 9 de abril de 2025, Kalypso Media publicó Commandos: Origins, una secuela de distinto padre (Claymore Game Studios) que rescata lo mejor —y lo peor— del juego que nos vio crecer.
Commandos: Origins, el regreso de una saga histórica
Commandos, allá en su momento, se presentó como un juego de estrategia en tiempo real de perspectiva isométrica en el que teníamos que controlar a un escuadrón militar de élite para cumplir con determinadas misiones.
Eso no ha cambiado con el paso del tiempo. Commandos: Origins recoge el testigo de sus predecesores a través de un videojuego que busca recuperar el espíritu de la franquicia, tanto para lo bueno como para lo malo.
O lo que es lo mismo, nos tocará controlar a una escuadra de soldados, a cada cual con sus propias habilidades, en un entorno bélico. Con menos habilidades que sus predecesores (por eso de ser una precuela), destaca por su buen hacer en lo táctico... y por su incapacidad para conectar rápidamente con los jugadores.
Más agresivo que nunca, deja a un lado ese concepto de tutorial clásico y nos lanza de lleno en una aventura tan satisfactoria como frustrante. Difícil desde el primer momento, te trata como un veterano de guerra aunque no sea tu caso.
Impío con los novicios, castiga el error con una dureza tremenda. A cambio, cuando eres capaz de analizar el comportamiento de los guardias y esquivas su atenta mirada para colarte en el único resquicio de hueco disponible para desactivar una alarma, sabe a gloria.
Por desgracia, los errores y los bugs no saben tan bien, y es que —si bien es cierto que no interrumpen la experiencia— eso de ver un cadáver clipeado o animaciones fuera de lugar no mola demasiado. Al menos en mi caso, pues sé de s de Steam que sí han tenido crasheos o errores que les han impedido continuar.
Desde entonces, el estudio ha lanzado un parche que resuelve buena parte de estos problemas, pero aún tienen algunas cositas en las que trabajar. Por momentos, se puede sentir como una versión 0.8 más que como la edición final de un videojuego.
Un clásico en tiempos modernos
Commandos: Origins se presenta como una precuela de Commandos, pues los eventos que tienen lugar en él ocurren un año antes del legendario Commandos: Behind Enemy Lines.
Así pues, además de ser un chute de nostalgia, es una manera de comprender mejor a ese pequeño grupo de élite que tantas alegrías (y tirones de pelo) nos dio. Para que os hagáis una idea de lo que os podéis encontrar, la primera misión consiste en rescatar al Boina Verde.
Por suerte, va más allá de esto, y es que durante sus 14 misiones exploraremos todo tipo de entornos a través de la mítica del sigilo y la estrategia.
Y aunque puede parecer corto, ya os aviso de que vais a dedicarle unas cuantas horas de vuestra vida, pues cada sección es como un puzle en el que debemos aprender a encajar todas las piezas en el orden adecuado y de manera prácticamente perfecta... y eso nos puede llevar varias horas.
Es un reloj suizo, pero con la mala leche de un hipopótamo desbocado que sabe muy bien lo que se hace. Cada misión está diseñada con una precisión milimétrica. Por desgracia, no todo funciona como debería, y es que hay mecánicas bastante frustrantes.
La conducción es de todo menos entretenida y hay determinados obstáculos que os harán fallar debido a que el muñeco es incapaz de interpretar adecuadamente las órdenes que les hemos dado.
Este tipo de fallos le restan puntos cuando tenemos en cuenta la dificultad intrínseca de cada acción y la importancia de cada misión, pues es realmente frustrante. Pese a ello, la sensación final es positiva gracias a lo bien que funciona en otras áreas.
Commandos: Origins ha sido como tener 10 años de nuevo, pero en pleno 2025
Sin más, superar cada retro que te propone es una verdadera delicia si eres un amante de la estrategia en tiempo real y el sigilo. Muy atractivo, ofrece un mundo en donde cada gesto respira nostalgia.
Eso sí, la IA tiene su aquel. Por un lado, me ha sorprendido lo bien que trabaja cuando saltan las alarmas o escuchan un tiro. Cuando esto ocurre, los soldados enemigos se convierten en un perro de caza: saben qué ha ocurrido algo y lo quieren resolver.
A cambio, cuando ven a un aliado muerto por un desafortunado accidente, lo interpretan como algo normal y apenas reaccionan. Te dan una de cal y otra de arena, cosa que a veces te puede dejar algo frío.
Al final, lo que te espera al final del tunes es un juego con luces y sombras, pero que sabe brillar. Si eres un nostálgico como yo, así como un amante de la estrategia en tiempo real, Commandos: Origins es justo lo que le podíamos pedir al estudio.
Para jugadores menos avezados en la materia tal vez es demasiado complejo, pues la curva de aprendizaje no es nada amable, pero para los veteranos en la materia es un chute de dopamina con aroma a los años noventa.
Comentarios