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El Casademont Zaragoza consiguió sumar la décima victoria del curso tras doblegar a un flojo Bàsquet Girona (89-101). Los locales entraron mal al partido, encajando un parcial inicial de 13 a 31 que determinó el encuentro. Los maños, liderados por Trae Bell-Haynes (16 puntos) y especialmente acertados en el tiro exterior (13/29 en T3), simplemente mantuvieron el ritmo anotador para sellar el triunfo.
El ritmo de inicio era frenético. La energía en ataque no se trasladaba en defensa y Trae Bell-Haynes lo aprovechaba para masacrar el aro gerundense (12 puntos al final del primero cuarto). Las pérdidas beneficiaban al equipo aragonés, que se avanzaba en el marcador (13-21) ante la desesperación de Moncho Fernández por la falta de concentración de sus jugadores. Desaparecidos de la pista y sin acierto de tres, los gerundenses veían como sus contrincantes ponían el dedo en la llaga tras un parcial de 0 a 16 (13-31).
La defensa en zona del Zaragoza era suficiente para desarmar al equipo rojiblanco, que quería correr pero topaba con el físico del rival. Más allá de Maxi Fjellerup había poca participación en ataque. Un parcial de 7 a 0 recortaba distancias, pero los locales seguían muy alejados de su objetivo. Por fortuna local, Juani Marcos aparecía generando un efecto inmediato en el Girona, que pese a ello se marchaba al descanso cabizbajo y consciente que los rivales tenían la sartén por el mango (45-58).
El Girona volvía de la pausa dormido. Un parcial de 2 a 11 enmudecía el pabellón y colocaba la máxima diferencia (+20). El Zaragoza mantenía impecable su acierto exterior (por sobre del 50%), y a medida que avanzaban los minutos se iba consolidando la problemática. Ni Nike Sibande ni tampoco Aljami Durjam tenían su día, y faltaban puntos para tener alguna opción de competir el partido. Martinas Geben se ponía el equipo a la espalda, con unos minutos de gloria en que conseguía hacer daño gracias a la captura de rebotes ofensivos. Y cuando los locales se colocaban a diez, un triple de Marco Spissu volvía al equipo a la realidad.
Ike Iroegbu rebajaba la barrera de los diez puntos y Aljami Durham se sumaba al ímpetu local con un triple que daba una brizna de esperanza (80-87) con cuatro minutos restantes de juego. El Girona tenía opción de colocarse a cinco con una canasta de Geben que no se materializaba. Y hasta ahí duró el partido. Marco Spissu, el más listo de la clase, castigaba con un triple que alejaba el peligro (+10). El Zaragoza se hacía fuerte y seguía estirando la diferencia, condenando las opciones gerundenses. El público abandonaba el pabellón antes del fin del encuentro. Victoria maña en territorio gerundense.
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