BALONCESTO
ACB Liga Endesa

Como si se nos hubiera pinchado la pelota

Nos quedamos sin la magia de Sergio Rodriguez, que enganchó al baloncesto a una generación e hizo que a todos se nos cayera la baba con su juego

Sergio Rodríguez hace malabarismos con un balón.
Sergio Rodríguez hace malabarismos con un balón.PABLO GARCÍA
Actualizado

Sergio Rodríguez se retira dando las gracias. Y no, las gracias se las tenemos que dar nosotros a él. Porque con su genialidad y su frescura engancharon al baloncesto a una generación de jóvenes. Y consiguieron que a los que ya estábamos metidos en este lío se nos cayera la baba viéndole jugar.

Chacho ha sido lo más cercano a un mago que ha visto el baloncesto español. Sabíamos que, con él en la pista, algo iba a pasar y podía ser asombroso. Dudo que nadie se haya arrepentido de comprar una entrada para un partido suyo, porque era como ir a un parque de atracciones. El que ponía en marcha las máquinas era él.

Una de las cosas más reconfortantes que se pueden hacer en la vida es provocar felicidad. En eso, Chacho ha sido MVP. Lo ha hecho de muchas maneras: un caño para lanzar un contraataque, como cuando se dio a conocer en el Eurobasket júnior de 2004; un alley-oop, como los muchos que le tiró a Rudy Fernández en Portland y en la selección o a Vincent Poirier en los últimos años; un triple tras pasarse el balón por debajo de las piernas, su especialidad en los últimos años; un pase sin mirar, como durante toda su carrera...

Todo eso y mucho más lo ha hecho con una sonrisa en la cara, porque una vez que pisaba la cancha era el tío más feliz del mundo. Daba igual el paso del tiempo o donde jugara: el Magariños, la NBA, el Wizink, Moscú o Milán... Volvía a ser aquel crío que molestaba a los vecinos botando el balón. Para él, el baloncesto fue siempre un juego. Y jugar significa divertirse.

Lo deja un jugador irrepetible. El favorito de muchos y querido por todos. Por lo que hacía en la pista y por el trato que siempre dispensó fuera, alguien normal pese a su genialidad. Compañeros y rivales se rinden ante una carrera maravillosa a la que sólo le quedó triunfar plenamente en la NBA. Ellos se lo perdieron. Así le disfrutamos más tiempo aquí sin tener que trasnochar.

Además de la sensación de vejez en quienes hemos vivido toda su carrera, su retirada provoca en muchos un vacío semejante a cuando de pequeños se nos pinchaba la pelota. A partir de ahora el baloncesto ya no será tan divertido.

ACB El Barça está renunciando a hacer un Figo con Hezonja
ACB "El negocio redondo de Deck: 20.749 dólares por minuto y ahora un sueldazo"
ACB Yabusele: el baloncesto ya tiene su Vinicius Jr.

Comentarios

Danos tu opinión