- Alemania - Montenegro Estadísticas | Así lo vivimos
En Berlín se ha decretado el estado de felicidad. El de creer, soñar y disfrutar. Alemania ha cambiado Colonia por la capital con la misma fuerza con la que dejó el 'grupo de la muerte'. Batiendo a Montenegro (85-79), con sufrimiento final, e impulsando a un equipo divertido y competitivo. Regresar a la élite FIBA sin Nowitzki ya no es una quimera.
Porque a la aristocracia del baloncesto se regresa de dos formas. O por la fuerza, que en 2022 evidencia esa colección de estrellas NBA con nombres como Doncic, Giannis o Jokic. O trabajando en el barro. Y eso Alemania lo sabe, tanto que es capaz de las dos. Aunque en Berlín colaboró una Montenegro incapaz de cumplir con el plan de partido que impuso Bosko Radovic desde el inicio. Eso sí, la película no siempre es como empieza.
Era muy claro. Dos 'generadores', como Perry y Popovic, y tres grandes (Radoncic, Radovic y Dubljevic). No era a lo que jugaban en todo el torneo y al mostrarse blandos en todos los factores vieron como desaparecían muy pronto. Sí que respondieron al primer acelerón teutón (11-2, 5') con el anárquico Kendrick Perry anotando y condicionando las dos rápidas personales de Daniel Theis, pero el 'fondo de armario' ajustició rápidamente.
El 'show alemán'
Herbert apostó por movilidad y físico. Wagner, Thiemann, Schröeder y ese 'factor x' que es Maodo Lö. Y respondieron con nota. Se hicieron imposibles de parar por piernas, Montenegro no supo elegir entre salir con fuerza a por el tirador o cerrar aro... Y ahí se hundieron. Triples de Obst, Wagner sacando 2+1 y nueve puntos de Lö. 19-9 en 11'.
Por ejemplificar el caos balcánico, los de Radovic anotaron tres de 12 desde el triple al descanso, perdieron ocho balones, Dubljevic no anotó hasta el minuto 13 (3/9 TC en el 20') y terminaron con Alemania doblando el marcador (48-24) al descanso. Pero todavía había más.
Porque pese a que Alemania había tomado el partido la fuerza, que se dice, surgieron ciertas dudas. Se puede pensar que por conformismo o pérdida de la intensidad, pero el partido tenía un cambio. Desde la reanudación llegó el mejor momento montenegrino. Apuesta por una zona y efectividad desde fuera. Hasta seis triples facturados por Simonovic, Dubljevic o Perry. Provocó una reducción considerable del marcador (58-43. 26') y Alemania tuvo que despertar. Schröeder tomó el ritmo y con siete puntos llenó de calma a los teutones. Aunque no sería la definitiva. Porque los balcánicos seguían apretando.
Montenegro reacciona y lo roza
Montenegro tenía una vida extra. Al último cuarto salieron del mismo modo que tras el descanso: 'cañones' y Dubljevic aprovechando una pintura dormida. 0-8 de salida (67-58, 32') que les metía de lleno. Y emergió Kendrick Perry. El base de Unicaja sacó la varita, y fue un incordio para una Alemania incapaz de leer la zona, y sin salir a por el tirador en defensa. Como resultado, ocho puntos que abrían todo.
Al último minuto llegaban apretando. Porque pese a que Thiemann y Schröder daban, había contestación. Hasta que colocaron el tres abajo (80-77, 39'). Lö salió rápido, Perry llegó tarde... Caía la antideportiva. Con claridad. Era lo que 'mataba el partido'. Lö no fallaba y después Schröder se adueñaba de las últimas posesiones. Alemania conseguía su pasaporte para soñar (85-79).
Con subes y bajas. Con un Wagner que terminó tocado del tobillo. Pero ganando y avanzando a una posible lucha por las medallas. Allí será la Grecia de Giannis Antetokounmpo si baten a la República Checa y esa es otra historia. Pero la licencia para soñar ha sido otorgada. Eso sí, el menor sufrimiento debe ser vital.
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