Andrew Wiggins aterrizó en la NBA en 2014 bajo el sonido de una fanfarria que anunciaba el advenimiento de un nuevo 'Mesías' en la NBA. Un cartel que hasta la fecha ha pesado demasiado en la espalda de un joven que aun rayando a un buen nivel no ha cumplido con las expectativas generadas.

Sin embargo los Wolves han visto que gran parte de su brillante futuro pasa por las manos del escolta y ya han comenzado a trabajar en la extensión de su contrato para las próximas temporadas. De hecho la franquicia de Minnesota, o al menos su entrenador, estarían dispuestos a ofrecer el máximo por sus servicios: 148 millones por cinco temporadas.

Una cantidad que el dueño de la franquicia va a intentar rebajar pese a la opinión de Thibodeau y, por supuesto, del propio jugador que asegura que se ha ganado hasta el último centavo de esa cantidad propuesta por su entrenador. "Definitivamente es así. No merezco nada menos", aseguró el jugador.

Ahora mismo el equipo es el que tiene las de ganar en esta negociación que puede alargarse hasta el 16 de octubre, fecha límite para aceptar una extensión. Si la oferta no complace al jugador, Wiggins entrará en su último año de contrato como novato (7,5 millones de dólares) y los Wolves podrían hacer efectiva una opción de 9,8 millones para convertirle en agente libre restringido.