La NBA programó para Navidad un Lakers-Celtics como guinda a una jornada apetitosa de partidos en el día de competición oficial del año, el 25 de diciembre, que más atención despierta en todo el planeta. Porque el 'All Star Game' es otro cantar.
El mundo ya se ha acostumbrado al regalo de cada temporada y gira la cabeza hacia Estados Unidos en una tarde-noche en España ya tradicional y festiva, de dulce digestión, hermanamiento y disfrute, unas horas para brindar en compañía en un salón adornado por un árbol repleto de lucecitas: un Knicks-Bucks, con Antetokounmpo (18.00), un Nuggets-Warriors, con Jokic y su cuadrilla ante Curry (20.30 h., Movistar +), y el Clásico Lakers-Celtics (23.00 h., Movistar +), el partido de máxima rivalidad que mantiene pegados a la pantalla a millones de aficionados desde los lejanos (y encantadores) años 80. Luego en la madrugada del 26 habrá un Heat-Sixers con Embiid, el MVP de la temporada regular, y un Suns-Mavericks, con Durant y Doncic. Papa Noel nos trae una pelota de baloncesto.
Un 31 de enero del 81
Un Celtics-Lakers, precisamente, fue el primer partido NBA que se televisó fuera de Estados Unidos, un 31 de enero de 1981 en Italia, en diferido, 13 días después de que se disputara en el Boston Garden con triunfo de los Celtics, en los albores de la extraordinaria pugna que mantuvieron Larry Bird y Magic Johnson, que no jugó ese partido, durante la década. Los Lakers ganaron cinco anillos en 8 finales de 10 posibles. Los Celtics tres en cinco. Hubo tres Finales entre los viejos enemigos. La historia de dos ciudades antagónicas, Boston y Los Ángeles, y sus equipos, que venían batallando desde los 60, captó la atención de aficionados de todo el mundo. Aquella guerra deportiva fue una invitación a ir al frente, de verde o amarillo.
Con la retransmisión de aquel duelo, incluso sin saberlo, la NBA comenzó su extraordinaria expansión y lo hizo de una manera atribulada. El destino mediático de un campeonato cabía en las entrañas de una bolsa de mano de un hombre de 22 años, Andrea Bassani, un italiano que llevaba viendo NBA desde la adolescencia (idolatraba a Julius Erving) por sus continuos viajes a Estados Unidos. Su padre trabajaba en una línea aérea. Cruzar el charco para él era asequible en unos años en los que el baloncesto en Italia, subcampeona olímpica, era como la pasta, se consumía febrilmente.
Un Lakers-Celtics en Navidad. No necesitamos nada más
El futuro de la NBA como acontecimiento global que hoy se disfruta en cualquier parte del mundo (se ve en 230 países y en 50 idiomas distintos) pasó por esas dos bobinas, un rígido control de aduanas, un avión de la TWA con el trayecto Nueva York-Milán y una retransmisión a cargo de Dan Peterson, cuyo italiano no era académico, pero sirvió. Tampoco falló la descodificación del sistema NTSC al europeo PAL. El interés de Canale 5 de Berlusconi hizo el resto. Y se produjo el despegue porque ver aquello fue un flechazo. Era ver a marcianos jugar a un deporte nuestro, terrenal.
En España uno de los primeros partidos que se pudo ver, con narración de Pedro Barthe en TVE, fue el All Star Game de 1984 celebrado en Denver. De las Finales del 84 y del 85 (Celtics-Lakers ambas) también se emitió alguno. Era un goteo glorioso. El sábado 17 de mayo de 1986 llegó otro producto enlatado de alta calidad que ofreció Estadio 2 en La2 (la segunda cadena se llamaba), un Bucks-Sixers con Moses Malone, Doctor J, Barkley... En noviembre Fernando Martín daría el salto a la NBA y luego llegaría el programa 'Cerca de las Estrellas' con Ramón Trecet y Vicente Salaner y la cabecera de 'Faith' de George Michael. Cuestión de fe.
Ahora, con LeBron, Curry, Durant, Embiid, Anteto, Jokic, Doncic, estrellas de aquí y de allí, todo parece más sencillo. Sus camisetas se venden en los supermercados, las redes sociales los han convertido en héroes que andan por casa y el consumo de NBA es masivo, viral cada noche. Al principio de los 80 no existía Internet, tampoco el streaming. Eran los años de un joven David Stern como responsable de los derechos televisivos de la NBA, una competición que había dejado atrás la agonía de su impopularidad (con numerosos escándalos por las drogas y las apuestas) y el bajo interés de la audiencia gracias al tratamiento de choque que supuso la llegada providencial de Bird y Magic.
El Big Bang de la NBA
El Celtics-Lakers, con 32 puntos de Jabbar y victoria para los locales por 98-96, se emitió en Italia un domingo a las 18.30 h. de la tarde, en competencia con el Calcio. Todo se cocinó en producción. No hubo tiempos muertos ni cortes publicitarios. Sólo baloncesto. Allí empezó todo. "Fue una especie de Big Bang, la chispa", contó Ralph Rivera, director general de NBA Europa y Medio Oriente, en La Gazzetta dello Sport. Hoy la historia continúa con grandes partidos que se ven en directo y con un Lakers-Celtics, como toda la vida. "No necesitamos nada más en Navidad", ha dicho Jason Tatum, la estrella de Boston. Y punto.
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