Cada semana queremos sentenciar la Liga 2h3m6i

Y el ftbol se resiste a ello. Nos deja en evidencia una jornada tras otra. Y no nos equivocamos los 'opinadores', los cronistas o periodistas, claro, se equivocan ellos, los jugadores, la competicin o los propios resultados. Qu insolencia que con la experiencia que tenemos todos no suceda lo que pronosticamos! Si decimos que la Liga est acabada en febrero, cmo es posible que esto no suceda? Qu falta de respeto, verdad?Mire, querido lector, no s si el empate del Madrid ante el Atltico y la derrota del Bara es una insolencia hacia todos los que se han hartado a decir que 'colorn, colorado', pero es que en el ftbol actual compiten todos y hay mucho en juego en todas las franjas de la tabla.

Nos empeamos, semana tras semana, en el odioso 'ganar s o s' y eso, afortunadamente, se ha acabado en el deporte y mucho ms en el ftbol. Ganar? El que se lo merezca cuando acaben los noventa minutos. De arranque a lo ms que podemos aspirar es al sentido comn a la hora de pronosticar. Pero se acabaron los listos, listillos y 'pitonisos'. El calendario aprieta, exprime la cabeza y las piernas de los jugadores, y los resultados pasan por los que ms pongan en el campo y no por el histrico de cada equipo ni por la estadstica ni por los presupuestos ni por nada que no sea buscar la victoria hasta el final. Atravesamos un momento competitivo del ftbol espectacular, pero para disfrutarlo hay que cambiar de clave y estar dispuesto a sufrir. Los partidos empiezan de cero y los nombres ilustres serigrafiados en la espalda de los jugadores solo valen para animar el cartel de previa, pero cuando el baln echa a rodar, veo ms a chavales siendo protagonistas que a histricos. Yo, poco a poco, me voy adaptando a ver el ftbol con otra visin de la jugada. Que cada uno disfrute o sufra como quiera, faltara ms, pero me temo que este juego va mucho ms por lo que est pasando ltimamente que por lo que estbamos acostumbrados a ver. Antes, no hace tanto, con un gol a favor en casa casi lo tenas resuelto. Ahora se necesitan tres de diferencia para estar medianamente tranquilo en un partido. El que lo quiera ver, que lo vea, y el que no, que siga pronosticando por presupuestos o historia. El desengao ser muy frecuente y la frustracin mayor.