Nadie entiende la marcha de Lewis Hamilton de McLaren. Posiblemente sólo él y su familia, o quizá sólo el propio piloto. He estado en o con varios compañeros ingleses con los que seguimos el Mundial por el mundo, y muchos aplauden, según como les va la vaina con McLaren, pero todos están soprprendidos. En 2013 se irá de casa, de la escudería en la que ha vivido desde los 13 años y en la que lo ha ganado todo. Y se irá a un equipo como Mercedes, hoy por hoy peor que el suyo. ¿Comprensible? Deportivamente, no.

El misterio envuelve la decisión final de Lewis. Porque el motivo que siempre esgrimió cuando se le preguntaba por qué se marcharía era "ganar, no el dinero, sólo ganar", y difícilmente lo va a hacer en la escuadra germana, con la que ha firmado por tres temporadas. En tres años, las Flechas de Plata de Mercedes lograron la victoria de Nico Rosberg esta temporada en China, mientras que los chicos de McLaren sumaron 16 en el mismo tramo.

En 2013 además apenas varía el reglamento y será complicado que Mercedes sobrepase tanto a Ferrari como a Red Bull o McLaren. Sin embargo, 2014 es otra historia. Llega un cambio completo en el diseño, y la última vez que pasó eso, en 2009, su nuevo jefe Ross Brawn se inventó un monoplaza con doble difusor, alegal, que arrasó el campeonato. ¿Le ha enseñado algo para convencerle? Nadie lo sabe. A Fernando le enseñó cosas interesantes, sobre todo de kers, etc, antes de que se fuera a Renault 2.0. No se atrevió, pero eso ya es parte de la historia.

En 2014 también se instalará el motor con turbo y más pequeño, de seis cilindros, además de que Mercedes dejará de ser socio de McLaren y pasará a ser cliente. Puede ser una ventaja que Mercedes sea el equipo de fábrica de los motores Mercedes, pero no hay garantía real de que, por ese motivo, Mercedes tenga un coche mejor que el que ha tenido hasta ahora. O que deje de ganar McLaren. El caso de Lotus y Red Bull con el mismo motor Renault, tacha cualquier duda al respecto.

¿Entonces es sólo cuestión de dinero? Lewis nunca ha hablado de ello, y además ha ganado ingentes cantidades en sus seis temporadas como piloto oficial. Es verdad que McLaren le pidió renovar su contrato a la baja, poniendo al principio 7 millones sobre la mesa, cifras que se barajan desde hace meses en los medios que cubren la F1 en Inglaterra.

Al final, viendo que la amenaza de marcha era real, subieron la apuesta hasta los 10, que es más o menos lo que ofreció Mercedes, aunque otras fuentes elevan a 15 el cheque del equipo alemán . El caso es que McLaren llegó tarde a ese arreón final, si es que alguna vez fue cuestión de dinero.

"Sé que hemos hecho una gran oferta económica, más grande, creo, que el que cualquier piloto puede estar disfrutando hoy", señaló Martin Withmarsh, jefe de McLaren, que reconoció que hasta dos días antes del anuncio oficial no sabía la decisión final de su piloto. Y le despidió con el clásico "no encontrará otro sitio mejor donde ganar que aquí".

Sí que Lewis va a tener más margen de maniobra para explotar su imagen. McLaren atrapa los derechos de sus pilotos, les asfixia con actos promocionales del equipo y se queda hasta con sus trofeos, algo de lo que Lewis ya estaba quemado. Mercedes es más laxo, y por ahí han metido cuña los nuevos representantes del inglés: XIX Entertainment, del conocido Simon Fuller, que con esta palanca puede elevar a Hamilton a las cotas de David Beckham o Andy Murray.

Para Bernie Ecclestone, que todo lo ve y todo lo sabe, tener a cuatro campeones en cuatro equipos distintos es miel sobre hojuelas, aunque se extinga un icono como Michael Schumacher. Me cuentan que no ha sido el inspirador, pero que lo ha visto bien.

Al final, como le pasaba un poco (bastante) a Fernando Alonso su primera época en Renault, Lewis ya se sentía parte del mobiliario, era el 'meritorio', llevaba allí más años que muchos empleados y Ron Dennis, previsiblemente, usó el chantaje sentimental en la renovación de su contrato: el hecho de haberle visto crecer y haberle hecho rico desde que le pidiera humildemente trabajo a los 10 años. Un Dennis que deja escapar a otro talento como Ayrton Senna (1993) o Fernando Alonso (2007). Lo que podía haber sido una pareja de ensueño, quedó en un sueño aniquilado que ha dejado un título mundial (2008) donde podría haberse reeditado un Prost-Senna con muchos títulos de por medio. Pero esa, también, es otra historia.

Lewis necesitaba salir incluso más que buscar un sitio donde ir. Enseñar públicamente la telemetría de su coche en Bélgica fue un gesto de alguien que reclama algo, aunque se viera como celos contra Jenson Button, de alguien, básicamente, harto. Busca aire fresco, otro entorno, demostrar que ha crecido y lo que vale por sí mismo. "Crecer junto a las Flechas de Plata y conseguir títulos", mientras aún pelea por otro esta temporada. Aquí ya ha tocado techo ganando 20 carreras y sólo el tiempo dirá si metió la pata hasta el fondo o no.