La revolucin pedaggica de Coubertin (artculo de Luis Solar) 735f5v
martes, 18 octubre 2016, 14:20
Para Coubertin, la necesidad de "aprender a competir" deba ser popularizada por una gran fiesta cuatrienal, de carcter universal: los Juegos Olmpicos. Ciento veinte aos despus, podemos extraer algunas conclusiones al respecto, no todas positivas como pueda pregonar algn entusiasta, ni todas negativas como escuchamos frecuentemente.
Consideramos negativa la imagen clasista y opaca que trasmite el COI y su peculiar democracia. Nos parece anacrnica, cara y poco "olmpica" la forma de la designacin de ciudades "sede".
Que los Juegos del siglo XXI se hayan otorgado a Sdney, Atenas, Pekn, Londres, Ro de Janeiro y Tokio parece eliminar a concentraciones urbanas menores de cinco millones de habitantes. Eso es negativo. Adems, si la designacin de tales ciudades tiene relacin directa con las posibilidades presupuestarias de las mismas y con su capacidad de recepcin de visitantes, an el tema nos parece ms negativo: La reduccin del "universo olmpico" parece drstica.
La universalizacin de los Juegos es un hecho, posibilitado por la televisin e internet, vas bien estudiadas por el COI, que sin embargo parece haber restringido sus designaciones a ciudades con posibilidades para albergar al espectador directo, aspecto poco coubertiniano y que en Ro ha resultado el mayor de los errores.
Adems, al COI se le debe exigir toda la pulcritud tica que necesita una propuesta pedaggica, pulcritud que no siempre tuvo, posibilitando o reaccionando con tardanza ante situaciones de corrupcin, como sobornos, prevaricaciones o dopaje.
Pero existen razones para seguir creyendo en el proyecto. Hoy el deporte escolar est instaurado en buena parte del mundo evolucionado, e independizar su implantacin del devenir olmpico es desconocer la historia de ambas cuestiones. Por ejemplo, el lema olmpico "citius, altius, fortius" lo fue, el de los primeros juegos escolares de Pars, organizados por el dominico Padre Didn, amigo y colaborador de Coubertin.
El actual COI mantiene como uno de sus programas estrella el denominado "Solidaridad Olmpica", cuya principal misin sigue siendo la promocin del deporte en los mbitos geogrficos, sociales o polticos ms desfavorecidos, es decir, all donde el deporte no est generalizado entre la poblacin en edad de escolarizacin.
El deporte para todos y todas ("sociedad activa" lo denomina el COI), la promocin deportiva de la mujer, el deporte y la sostenibilidad, o el legado social y deportivo de las celebraciones olmpicas son hoy mucho ms que en otras pocas, preocupaciones del comit y destino de buena parte de sus recursos.
Creemos que los JJOO muestran la cara ms positiva de las posibilidades de relacin y entendimiento internacionales, en un mundo que contrapone a la bandera olmpica, guerras de carcter econmico, religioso o racista. Entendemos el olimpismo como un movimiento filosfico, en pos de la paz y de la comprensin, un planteamiento pedaggico en busca de una juventud formada para competir, en el deporte y en la vida, con sujecin a las normas y las leyes que democrticamente nos proporcionamos, y como una plataforma diplomtica internacional cuyos efectos y bondades han sido evidentes en los ltimos treinta aos.
El olimpismo debe reconsiderar algunos de los caminos que ha tomado, sobre todo los derivados de un gigantismo que creemos buscado, o en aspectos relacionados con la designacin de sedes, la democratizacin interna o el reparto presupuestario. Pero, asimismo, estamos convencidos de que, si no existiese, un nuevo Coubertin debera reinventarlo. El olimpismo es absolutamente necesario para el mundo en que vivimos.
Luis Solar, presidente de la Federacin de Asociaciones de Gestores del Deporte de Espaa (FAGDE)