Dioses, o de carne y hueso? (artculo de Jos Mara Buceta) 376t7
martes, 27 agosto 2019, 12:07
Liz Cambage es, en la actualidad, una de las mejores jugadoras de baloncesto del mundo, quiz la ms determinante. Lo demostr con la seleccin de Australia en la Copa del Mundo celebrada en Tenerife, el ao pasado, y lo sigue haciendo en Las Vegas Aces, su equipo de la WNBA (la NBA femenina), donde destaca como mxima anotadora y reboteadora.
Actualmente, las Aces lideran la conferencia oeste y son uno de los grandes favoritos para ganar la competicin. Sus 2,03 metros de altura, su extraordinaria fuerza fsica y habilidad atltica, y su saber jugar hacen a Cambage prcticamente imparable; y si se la defiende mnimamente bien con un entramado de ayudas, es a costa de dejar demasiado libres a sus compaeras. Anotar frente a ella exige superar un slido muro casi inexpugnable, sabiendo, adems, que como mucho habr una nica oportunidad, pues son muy pocos los rebotes que se pueden capturar en sus dominios.
Cambage naci en Londres (Inglaterra), pero lamentablemente para Gran Bretaa, tiene la nacionalidad australiana. En Australia es uno de los grandes dolos que adora todo el pas. Cuando juega, no deja indiferente a nadie. Su superioridad, prepotencia, arrogancia y frecuentes quejas a los rbitros por las innumerables faltas que recibe provocan enojo y rechazo fervientes en los seguidores del adversario, pero esa altivez y capacidad de machacar al rival encandilan apasionadamente a los suyos.
En la final de los Juegos de la Commonwealth de 2018, nos enfrentamos (Inglaterra) a Australia con un campo lleno (12.000 espectadores). Liz estaba muy molesta por la defensa agresiva que reciba, protest a los rbitros con muy malas formas y se gan una tcnica. Sigui protestando con gestos burlones y la descalificaron. Mientas abandonaba de camino al vestuario, recibi del pblico una ovacin impresionante, como pocas he visto en una cancha de baloncesto.
En Australia, Cambage est por encima del bien y del mal, se la adora incondicionalmente, se le permite casi todo. Una diosa? Su impecable trayectoria deportiva, los suculentos emolumentos de sus contratos, el prestigio, la fama, la veneracin de sus seguidores y su imagen de superioridad y autosuficiencia permiten concluir que es una persona de incuestionable xito. Dotada para el baloncesto como casi ninguna otra, ha logrado desarrollar ese don y situarse en el Olimpo de los grandes hroes. Alguien tan excepcional puede ser de carne y hueso?
Hace unos das, la NBA anunci que todos sus equipos tendrn que tener, obligatoriamente, un servicio profesional de atencin psicolgica para cuidar la salud mental de los jugadores. La medida responde a una necesidad creciente, pues cada vez se conocen ms casos que sufren trastornos psicopatolgicos. Fundamentalmente, trastornos de ansiedad y depresin que afectan a su bienestar, su salud, sus relaciones interpersonales, su funcionamiento general y su rendimiento.
Son enfermedades muy serias que incluso pueden tener consecuencias tan graves como el suicidio, y que aun no llegando tan lejos, pueden hundir a quienes las sufren en un abismo de debilidad, impotencia, incomprensin, baja autoestima y culpabilidad. Ms an en el caso de los deportistas de lite, ya que al ser personas de notorio xito a quienes la vida sonre ms que a la gran mayora de los mortales, dolos que nos representan en las grandes citas, con los que llegamos a identificarnos emocionalmente, se espera de ellos que sean fuertes, sin debilidades, capaces de grandes hazaas reservadas a los elegidos, autnticos ganadores acostumbrados a derribar cualquier obstculo, a no rendirse nunca y a hacernos triunfar con ellos. Dioses?
A raz de ese anuncio de la NBA, en una carta a "The players Tribune", Cambage se ha mostrado partidaria de que la WNBA adopte esa misma medida para poder atender a las muchas jugadoras que lo necesitan, pues el psiclogo es como "un fisioterapeuta para tu cerebro". Y sustenta su argumento en los estados de ansiedad y depresin que ella misma sufre desde hace bastante tiempo. Liz habla de sus problemas con el alcohol, de la medicacin que toma para aliviar la ansiedad y la depresin y de cmo todo esto perjudica a su salud y, a veces, a su rendimiento.
Confiesa, incluso, que en 2016 llam a su madre para decirle que no quera seguir viviendo y estuvo al borde del suicidio. Y ahora, aun sintindose mejor, sigue llevando la vergenza y la culpa de haber causado a los suyos esa terrible preocupacin. Impresionante, verdad? Tras esa idolatrada fachada de jugadora ultra exitosa, de aparente seguridad sin fisuras y alta valoracin de s misma, parece esconderse una persona que lucha con dificultad para aliviar su fragilidad emocional.
Aade Liz que sus problemas de salud mental han sido el motivo por el que esta temporada cambi de equipo, buscando tener ms cerca el apoyo de su familia: "la nica forma de seguir jugando en la WNBA". Y la depresin fue la causa de que haya estado dos partidos sin jugar. Oficialmente, se anunci que era para descansar (DNP-rest; Did Not Play- rest), pero segn ella, debera haber dicho "DNP-mental health", un paso adelante para reconocer que los problemas de salud mental existen entre los deportistas y no hay que escandalizarse por ello, sino poner remedio.
Para la mayora resulta difcil comprender que una persona tan exitosa sufra episodios de depresin tan severos, pero la realidad es que los deportistas, por muy exitosos que sean, no son dioses, sino personas de carne y hueso, y, por tanto, no son inmunes a la enfermedad mental.
Cambage no es el nico caso. Este mismo verano hemos sabido de otros, y cada vez son ms los deportistas que hacen pblicos estos trastornos mentales. No es fcil teniendo en cuenta esa imagen de invulnerabilidad que parece asociada al deportista exitoso y la incomprensin que conlleva manifestar una debilidad. Muchos deportistas asumen que tienen que responder a esa fortaleza sin resquicios que los dems esperan de ellos, y eso agrava el problema. Y la mayora no tiene el apoyo necesario para abrirse, expresar su sufrimiento y afrontar el tratamiento apropiado.
Hasta la fecha, muchos deportistas que sufren depresin, trastornos de ansiedad u otras patologas como la anorexia nerviosa, la bulimia o la adiccin al alcohol, padecen en silencio hasta que no lo soportan ms y la enfermedad mental termina con sus carreras. Entonces desaparecen de la escena deportiva y ya no se sabe de ellos, pero eso no quiere decir que sus problemas hayan desaparecido. Muchos se sienten aliviados sin la exigencia permanente de tener que rendir en su deporte, y algunos logran levantar el vuelo, aunque a veces con secuelas psicolgicas que permanecen durante mucho tiempo. Para otros, aun sintindose inicialmente aliviados, el calvario contina.
Por desgracia, a veces tenemos noticia de ex deportistas de xito que se suicidan o sufren un deterioro grave que contrasta con sus das de gloria. Cmo es posible que se haya suicidado, o lo haya intentado, un campen olmpico? Podra haberse hecho algo para evitarlo? Por suerte, tambin hay deportistas que buscan el apoyo de un psiclogo clnico sin que se le de publicidad y, a veces, ni siquiera se sepa en sus clubes, y hay clubes que facilitan este servicio con psiclogos externos respetando la confidencialidad de los tratamientos.
El psiclogo del deporte sin una formacin clnica no es un especialista que pueda tratar las enfermedades mentales, pero s un profesional que, adems de contribuir a optimizar el rendimiento deportivo, est preparado para velar por la salud mental de los deportistas adoptando medidas eficaces para prevenir estas enfermedades, detectarlas lo antes posible y, si fuera necesario, ar con el psiclogo clnico para poder tratarlas. No es necesario que el psiclogo clnico trabaje dentro del club, pero conviene que tenga una cierta relacin con este, de forma que el psiclogo del deporte y los propios deportistas puedan acudir a l cuando proceda.
Asimismo, es aconsejable que el psiclogo clnico, adems de sus conocimientos especficos sobre las patologas y su tratamiento, comprenda las circunstancias relacionadas con el deporte que hacen vulnerables a los deportistas. En definitiva, son necesarios psiclogos clnicos que, aunque trabajen en otros mbitos, estn especializados en patologas asociadas al deporte.
Lo novedoso de la medida adoptada por la NBA, y ah est su mayor fortaleza, es que no se trata de la iniciativa de un club o un deportista, sino de la organizacin que regula la competicin y el funcionamiento de todos sus asociados. Seguir esa estela supondra, por ejemplo, que instituciones como la FIFA, la FIBA, la Liga de ftbol, la Euroliga, la ACB o una federacin, impusieran la obligacin de contar con psiclogos que velaran por la salud mental de los deportistas. Sin duda, sera un gran paso para evitar y tratar el sufrimiento de muchos de ellos.
Ahora bien, la prioridad debera estar en la prevencin, y por tanto, es el psiclogo del deporte quien tiene que estar en los clubes y las federaciones trabajando con los deportistas antes de que esas enfermedades mentales se apoderen de ellos. De esa forma, se evitaran trastornos como los de Cambage y otros deportistas de lite, as como los de muchos deportistas jvenes que destacan pero se quedan en el camino (en bastantes casos como consecuencia de estos trastornos); y cuando surja la enfermedad, el psiclogo del deporte podr detectarla en su fase ms temprana, y el deportista tendr en ese psiclogo de confianza un excelente apoyo. Despus, si fuera necesario, se podr derivar al deportista a un psiclogo clnico. Llegado el caso, la labor inicial del psiclogo del deporte habr sido muy valiosa para aliviar el problema y facilitar el trabajo posterior de su colega clnico.
En el inicio de este proyecto, no creo que la NBA tenga tan claro cmo se puede aplicar la medida adoptada, y habr que ver en qu se traduce de facto esta obligacin de sus afiliados; pero debemos dar la bienvenida a una normativa que reconoce la importancia de la salud mental de los deportistas y de los profesionales que pueden preservarla. Ojal se aplique bien y sea un precedente a imitar por otras organizaciones del deporte.
Jos Mara Buceta, psiclogo deportivo (http://chemabuceta.blogspot.com.es/)