Ferreiro, dos penaltis que definen dos partes 135c6t
domingo, 2 marzo 2014, 19:20 3y
Hasta el ao pasado, 15 cursos seguidos sin caer con el Atleti ensoberbeceron a la aficin madridista al punto de pedir un rival digno. As en plan broma, pero con cierta razn y ponindole difcil a los atlticos reponerse y ser el rival que siempre fue.
Por fin, el rival lleg y para quien se ha puesto difcil la cosa es para los rbitros. Este domingo, Delgado Ferreiro ha sufrido un calvario equivalente al que sufrieron generaciones de colchoneros que pasaron dcada y media de va crucis.
Fueron dos partes muy diferenciadas. Con errores y aciertos en ambos periodos peor con desigual suerte. Si en la primera mitad, el rbitro domin los tiempos del partido y sus fallos no empaaban su labor, en la segunda perdi la batalla con unos jugadores que le haban puesto un reto ya demasiado cuesta arriba.
Es complicado lidiar con futbolistas que aprovechan cada choque para lanzarse al suelo y, as, presionarte con una grada enloquecida. Es dificilsimo salir airoso de quien acepta el reto del juego subterrneo y se hace la vctima cuando lo es y cuando no.
Hubo dos penaltis no pitados. Uno en cada parte y uno por equipo. En ambos err el rbitro, pero ambos errores son muy distintos y, a la vez, definitorios de su proceder. Con 0-1 en el marcador, Ramos derrib a Costa en el rea. El indiscutible penalti no lo seal Delgado Ferreiro en un error de apreciacion. Grave, pero de apreciacin.
En la segunda mitad, con 2-1, dej de sealar unas manos claras de Gabi en el rea al saque de una falta de Cristiano. Mano y tarjeta, a dos metros de Delgado Ferreiro. Un grave error, de peor diagnstico: si lo vio, fue cobarde; si no lo vio, adnde miraba?
Por eso digo que ambos errores son definitorios de su arbitraje. Una primera mitad en la que domin con personalidad, porque hay que tenerla para no sealar ese derribo si crees que no es falta en un campo que, como el Caldern, se te puede caer encima; y una segunda parte de temores y angustias por no llegar a agarrar las riendas de un partido desbocado, al punto de preferir evitar los los, hundiendo tu personalidad bajo el miedo a equivocarte gravemente.
O a que digan que lo hiciste, que es peor.
Delgado Ferreiro es un buen rbitro y leern crnicas que lo machaquen por estas jugadas y por otras que, sin duda, hubo. Pero quien hizo que el colegiado dudara entre zancadilla y piscinazo fue el jugador piscinero. Y quien lo puso en el disparadero del error fueron los que insistieron en hacerse la vctima el partido entero.