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Los Grand Slams son jueces implacables. Aplican con rigidez la sagrada ley dictaminada por la doctrina y el magisterio de este mgico deporte llamado tenis. Durante 14 das, los 128 mejores profesionales del planeta aportan pruebas presenciales y alegatos que justifiquen que su nombre figure en el orden de juego de las jornadas posteriores. Pero las sentencias son inescrutables. No hay clemencia. Ni repescas. Ni segundas oportunidades. 127 jugadores son pasados a cuchillo y slo hay un campen. Mis lneas son para los que, bajo el trrido sol australiano, son ejecutados sin contemplaciones. Descansen en Paz.

Tercera Ronda

- Juan Martn del Potro. Ha sido el primer gran ajusticiado de la descarnada y sangrienta multicancha australiana. Su ilusionante recta final en 2012 aliada por su renuncia a jugar la Davis ambicionando objetivos mayores presagiaban la gnesis de su plenitud en 2013. Pero un francs, Jeremy Chardy, cercenado su proyeccin sumindole de nuevo en el ms profundo de los letargos. El Top 5 habr de esperar. El escarmiento al que ha sido sometido no quedar impune. El afn vengativo de Del Potro tendr su recompensa en torneos postreros. Seguro.

- Bernard Tomic. La insurgencia personificada. La rebelda emergente. El irreverente amenazador del statu quo establecido. As es el australiano de 20 aos que hace una semana acun su primer ttulo ATP en Sydney. En su casa se maneja como nadie, se desenvuelve con paso firme y con mirada arrogante. Pero hoy ha aprendido que en el palacio del Rey hay que arrodillarse, que a Federer hay que reverenciarle primero e intentar ganarle despus. El camino inverso tan slo conduce a la perdicin, al declive. La pelea contra el suizo dur dos sets. En el tercero Bernard pidi una prematura rendicin. La realidad se haba evidenciado. Contra Roger no basta con ser bueno, hay que ser excelso. Y a veces ni con eso basta.

- Gael Monfils. En el arranque del quinto y definitivo set, tanto Monfils como Simon recibieron la extremauncin. Cualquiera poda fallecer. El desgaste fsico les abocaba a la extenuacin. El derrotado morira por inanicin. De manera cruel, lenta, agnica, e inmisericorde. Gilles sufra de sobrecargas en ambas piernas y Gael tena ampollas en su mano. Uno intentaba desgastar el fsico del otro. El otro, perpetuar los puntos hasta la eternidad. La Hisense Arena cobraba un colorido cenizo. El partido se eternizaba y el fsico menguaba. Los errores se sucedan a ambos lados de la pista. Dos compatriotas se retaban con la mirada mientras el miedo les atenazaba. 17 breaks y 178 errores no forzados fomentaban el desbarajuste tenstico pero alimentaban la tensin. Simon no fue capaz de ejecutar un Ace en cinco sets, pero se llev el partido. Eso s, Monfils le dej desangrado, sin constantes vitales. El pollito devor a la pantera, pero se llev una zarpada, que probablemente habr sido mortal.

- Fernando Verdasco. Ha sido el nico espaol en sucumbir en la tercera de las rondas de este "major". El madrileo se despide del cuadro final y deja transitando en solitario (una vez ms) al binomio Nico/Ferru. Verdasco no se va al aeropuerto de Melbourne con la sensacin de haber jugado mal, ni de haber rendido a un bajo nivel. Pero s con el poso de saber que tuvo los octavos en la mano en el cuarto set, con Kevin Anderson sometido al parabrisas de su penduleante tenis. Devane con el juego de sables en el quinto set y al final escuch al sudafricano pronunciar el miamo cyranesco "Y al final os hiero" que le susurr Nadal en las semis de 2009. La mejora en su juego no atenuar la palmatoria realidad de los resultados, pero s puede brindarle la oportunidad de llevar a cabo el ensimo acto de contricin y el centsimo examen de conciencia.

Llegan los octavos de final del Open de Australia. Quines sern los prximos en caer? Cules son vuestros pronsticos?

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