Bienvenido el que nunca se fue 486h1f
martes, 24 enero 2012, 18:10 3f2n5d
Jess Snchez. Foto: Emilio Cobos.
A gran parte del madridismo le deslumbr la llegada de Ettore Messina. Tanto que asimil como suyos muchos de los planteamientos con los que aterriz en Madrid el entrenador italiano. Uno de ellos consista en poner bajo sospecha a Felipe Reyes, un jugador cuyas caractersticas eran complicadas de encasillar en el estilo del hoy tcnico asistente de los Lakers. No le gustaba del todo, algo que manifest dentro del club a sus colaboradores. Era una postura legtima, faltara ms. Su ideal era Smodis o el gran Garbajosa, un ‘4’ abierto que generara espacios, entendiera bien el juego y acertara con los triples. Y no le haba ido mal con este libreto en el CSKA o a lo largo de su gran carrera.
Aquella consideracin personal de Ettore, mesas en ese momento, se observ como un mandamiento, como si se tratara de una verdad absoluta. Felipe, cuya trayectoria en el Madrid haba sido ejemplar, ya no serva para los grandes retos. Su paulatina prdida de confianza, al no sentirse tan valorado como con otros entrenadores, y una sucesin de lesiones, principalmente en el tobillo, fueron menguando el rendimiento del pvot que fue elegido MVP de la ACB en 2009, justo antes del avistamiento de Ettore.
Poco a poco fue jugando cada vez peor, apenas aportaba y se mostraba intrascendente. Fue chocante verle tirar triples para intentar encajar en el plan de su tcnico. No era su juego y fue desfigurndose. Los aficionados pensaron: es cierto, Felipe ya no sirve. Est acabado, se lleg a decir. De pronto se esgriman tambin sus evidentes limitaciones fsicas para su posicin. Sorprendentes afirmaciones porque nunca haba medido 2,10.
La prensa 'panMessina' no dudo en emitir mensajes en esta onda y para sostener la sintona de que el jugador sobraba se argumentaba su mal juego, una verdad, y su carcter rebelde en el vestuario, una mentira. Cuando Ettore decidi dimitir a primeros de marzo sin que se sepa an el motivo, sus aclitos encontraron uno de los culpables del portazo: Felipe. Nadie del club sali a defenderle, pero esto merecera otro post. Se estableci una gran ceremonia de la confusin que le perjudic.
Era el mismo jugador que das antes haba asumido su lamentable momento de juego echndose la mierda, con perdn, encima y librando de toda culpa a su entrenador. Para los ms confundidos, aquello se tom incluso como una ofensa. Hasta ese punto se haba perdido el norte. La entrevista fue hacer cumbre en la montaa de la autoflagelacin, pero sent mal. Ettore, ya ex, proclam das despus en 'La Repubblica' que la entrevista haba sido un sinsentido. ">Sanchez__Jesus