La madurez de Llull 447372
sbado, 7 junio 2014, 19:56 72l23
Jess Snchez. Foto: Emilio Cobos.
Sergio Llull, que tiene 26 aos, se hizo mayor el da en el que minutos despus de la derrota del Madrid en la final de la Euroliga no eludi la responsabilidad tras su psima actuacin ante el Maccabi. "He fallado yo". Se alist para la quema. Se acerc al fuego para decirle al mundo que s alguien de su equipo deba arder en la pira de la frustracin, era l. Fueron unas frases irables de un jugador que, a diferencia de otros que tampoco estuvieron demasiado afortunados, asumi su cuota de culpa con naturalidad y valenta, como parte de un oficio en el que en ocasiones te toca perder.
Si la derrota ensea ms que la victoria, la debacle blanca (ms que nada por las expectativas creadas en torno al Maddrid, no porque no se pueda caer en la prrroga de una final europea ante un gran rival) vali para mostrarnos que s, que el base menorqun ha alcanzado la mayora de edad, que ya est preparado para cualquier guerra.
Llull acab a cero ese partido del Mediolanum Forum. No acert con ningn tiro y tampoco se mostr efectivo en la contencin del huracn Rice. Que no aportara en ninguna de las dos facetas donde suele hacerlo, anotacin y defensa, pasa por ser uno de los detalles que condenaron al Madrid. Con una canasta del internacional en los 40 minutos, slo una (tir siete veces, seis triples), el equipo de Laso sera ahora campen de Europa.
S, es una hiptesis, un condicional, una manera de reescribir la historia, pero resulta que el jugador de Mahn slo se qued en blanco en ese partido, el de la final, tras 30 encuentros de la temporada continental anotando y, en el peor de los casos, sumando cuatro tantos. En la Liga Endesa, en los 37 partidos disputados, siempre sum puntos. Es muy extrao que un jugador tan dotado para producir se quede en blanco.
Desde aquel mazazo para el Madrid, Llull ha firmado un partido de 19 puntos, dos de 18, uno de 16 y otro de 7: 15,6 tantos de media, ms de lo que acostumbraba. Justo es que se recuerden estos datos. Llull no slo se autoinculp del desastre. Ha dado un paso al frente para ayudar a su equipo en la conquista de la Liga en un trance de debilidad anmica y fsica palpable en el equipo de Laso. En vez de abandonarse, intent superarse. Estamos descubriendo a un deportista en plena madurez. Un hombre.