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Los veteranos aficionados a la fórmula 1 recordarán que la leyenda de Michael Schumacher comenzó con el equipo Benetton (aunque su debut fuera en realidad con un Jordan). Era una época en la que Ayrton Senna todavía competía, como también Alain Prost, Nigel Mansell, Gerhard Berger y Damon Hill, y en la que pocos sospechaban que el piloto alemán sería capaz de superar en títulos a Juan Manuel Fangio.
Listo para correr
Nos vamos a centrar en 1993, su segundo año completo con el equipo Camel Benetton Ford, porque es de ese año el Benetton B193B que acaba de salir a la venta. Y entendemos que el coche no es para el adinerado coleccionista que solo lo quiere poner en un lugar de privilegio de su garaje o incluso en el salón de su mansión, porque cuenta con motor y está completo y listo para correr.
Se trata del chasis número 4 que hizo el equipo para aquel año, diseñado por los geniales Ross Brawn (que en 2009 daría a luz Brawn GP y ganaría el título de constructores y el de pilotos, con Jenson Button en la cumbre) y Rory Byrne. El coche se había fabricado en la nueva planta de 26.000 metros cuadrados de Enstone (hasta 1992 habían estado en Witney), y había sido un reto mayúsculo porque la nueva normativa de neumáticos más estrechos exigió que diseñaran un coche nuevo, en lugar de actualizar el de 1992.
Más difícil de lo esperado
Así lo explicaba el propio Brawn: "Sabíamos desde el principio que tendríamos que adoptar todas las nuevas tecnologías. No partíamos totalmente de cero porque teníamos buenos ingenieros con experiencia, pero sabíamos que esto nos supondría un enorme esfuerzo y, para ser sincero, fue un poco más tenso de lo que habíamos previsto. Pero no había vuelta atrás; simplemente teníamos que ponernos manos a la obra".
Eso significaba que incluía una suspensión activa, cajas de cambios semi automática y control de tracción, lo que en aquella época suponía estar a la vanguardia de la tecnología de Fórmula 1.
Un podio para empezar
Cuando se terminó, fue probado tanto por Michael Schumacher como por Riccardo Patrese en pretemporada y el coche se envió al Gran Premio de Gran Bretaña, donde fue pilotado por Schumacher durante la calificación y le permitió obtener el tercer mejor tiempo, por detrás de los Williams-Renault de Prost y Hill. Pero para la carrera fue asignado a Patrese, que lo llevó hasta el tercer puesto del podio por detrás de Alain Prost y de su compañero Schumacher.
Fueron cinco los Grandes Premios que disputó este chasis número 4, siempre ya a los mandos de Patrese. Pero los siguientes resultados no serían tan buenos como los de su estreno: en España acabaría cuarto, abandonaría en Canadá y en Mónaco, y en el GP de Francia no lograría pasar del décimo puesto. Desde entonces, el chasis B193B-04 fue retirado.
A final de temporada el equipo acabaría obteniendo el tercer puesto en el mundial de constructores, con Patrese en el quinto puesto de la general y el cuarto para Schumacher.
No le falta de nada
Ahora esta leyenda de la Fórmula 1 busca nuevo dueño. Dicen en el compra-venta británico Speedmaster, donde está a la venta, que lleva un motor original Cosworth Ford HB V8 de aquella época y la caja de cambios original de Benetton. También que le han sustituido la suspensión activa por otra convencional para resultar más fiable y que viene con equipos de arranque, como precalentador del motor, motor de arranque y batería para que su motor vuelva a rugir.
Y añaden que viene con un asiento de Schumacher y monta cinturones de seguridad de Patrese (vienen con una marca "RP" que señala hasta dónde se debían apretar), aunque se ofrecen también otros que llevan tanto las leyendas "RP" como "MS" (Michael Schumacher).
Del precio nada se dice, pero suponemos que superará el millón de euros. Sí, somos conscientes de que a todos nos gustaría tenerlo, pero serán muy pocos quienes puedan pagarlo. Y a eso, para disfrutarlo, habrá que sumar el coste de alquilar un circuito y el de las revisiones, que no serán baratas; el motor acaba de superar la última y dicen que todavía le quedan casi 1.300 km hasta que deba volver a ser abierto y reconstruido. Y la caja de cambios debe ser revisada después de cada evento o tanda en pista.
Pero quizá esto no sean más que pequeños gastos para su próximo propietario.